Miscelánea

Día del Taco
Los mexicanos se sienten tan orgullosos de todo lo que les identifica -y lo demuestran- que ayer, 31 de marzo, quedó institucionalizado El Día del Taco, porque el taco es el plato de la rica gastronomía mexicana más característico de México y es conocido en todo el mundo. A diferencia de ciertos pobres diablos guatemaltecos que se avergüenzan de su país y constantemente lanzan estúpidos vituperios contra todo lo que identifica a Guatemala, como cierto pendejete de mierda, aprendiz de periodista, que jamás ha hecho nada por engrandecer a su patria o servir a sus compatriotas, que un día se atrevió a publicar en El Periódico que Guatemala es ?un paisito de mierda?. ¡Y, lamentablemente, no hubo nadie que le diera un merecido tapaboca para que aprenda a respetar a nuestra patria!
Los mexicanos celebraron ayer, con bombos y platillos, El Día del Taco, porque, como dije antes, el taco es el platillo típico que identifica a México y a los mexicanos. Para festejarlo, en todos los Estados de la federación hubo alegres fiestas, con tacos, tequila y mariachis, y también en otros países donde hay restaurantes en los cuales se come comida mexicana, como en el Perú, según se pudo ver en “el canal de las estrellas”. Ignoro si también en la ciudad de Guatemala lo celebró públicamente algún restaurante donde hay comida mexicana, pero lo que sí les puedo decir es que en mi casa nos reunimos un grupo de buenos amigos de México y de los mexicanos a comer sabrosos tacos y a beber unos cuantos tragos de tequila, mientras escuchábamos música mexicana.
La empresa Televisa fue la principal promotora de este festejo y en el transcurso de la noche presentó un largo y ameno programa extraordinario, desde el Estadio Azteca, que fue presentado por la guapísima Galilea Montijo y nuestro compatriota Héctor Sandarti. El Estadio Azteca estaba literalmente abarrotado, con más de cien mil personas, entre quienes destacaban numerosas figuras estelares de la farándula mexicana que entre taco y taco se dedicaron a firmar autógrafos, pero también en otras partes del Distrito Federal se reunieron miles de personas a festejar el taco, como en las explanadas de Insurgentes y de Tlalpam.
¡Dichosos los mexicanos que se sienten tan orgullosos de todo lo que les identifica! ¡Por eso es que tienen un gran país! Ojalá que algún día no lejano ?que probablemente no verán mis ojos- también los guatemaltecos demostremos ese mismo amor por lo que nos identiifica.

Ruin mezquindad
Ayer hizo su debut como columnista de El Periódico el licenciado José Rodolfo Pérez Lara, ampliamente conocido como ?Potoyo?, quien infinidad de veces ha tratado infructuosamente de ser elegido para desempeñar ciertos cargos, tales como el de presidente del Colegio de Abogados, y su primera entrega se llamó ?Mi columna? que, supongo, en adelante será el título permanente de sus colaboraciones. Y de entrada dijo: ?Estoy decidido a aceptar el costo que esto conlleva?.
Le habría deseado buena suerte y expresado mi cordial saludo de bienvenida en su actividad periodística, pero al leer su texto comprobé que no es mi amigo y que es una persona mezquina, ruin y miserable, porque comenzó diciendo: ?Es audaz escribir en un medio en donde ha escrito un Mario Monteforte Toledo y no digamos mi admirable y polifacético amigo Marco Augusto Quiroa, jóvenes de la talla de Pablo Rodas Martini, María Olga Paiz o Juan Luis Font, o profesionales de la categoría de Mario Fuentes Destarac o Acisclo Valladares; intelectuales como Mario Roberto Morales y René Poitevin?. Por otra parte anuncia que se va a dedicar a comentar las columnas que escriben otros, lo que quiere decir que no tiene la capacidad que se requiere para escribir sobre otros temas.
Tan pronto leí eso no pude contener mi indignación y envié inmediatamente a ese medio, por correo electrónico, un comentario debajo de su columna en el que le dije: ?Potoyo, sos un miserable. Entre la lista de los colaboradores de ese medio no me mencionaste a pesar de que fui el único que escribía una columna todos los días durante diez años. Y que estuviste en mi casa varias veces para pedirme que te apoyara en alguno de tus muchos fracasados intentos de ser electo para algún cargo. Ahora me explico por qué hay gentes que dicen que sos un pobre diablo?. Pero no lo publicaron. ¡Así son de mezquinos! No recordé que durante todo ese tiempo era el columnista más leído, como se podía comprobar los domingos en la sección de las cinco secciones más visitadas de la semana, en la que muchas veces fueron cinco de mis columnas las que ocuparon esos lugares. Y desde que yo ya no escribo en ese periódico -¡aleluya!- no hay columnas que sean las más visitadas de la semana, sino solo son las notas informativas de lo que acontece en el país. Pero, en fin, así son algunas personas que trabajan en ese medio. ¡Que con su pan se lo coman!

Maradona
Hace pocos días se encontraban chupando en el bar del hotel Clarion el insoportable José Rubén Zamora y su íntimo amigo “El Negro” Montenegro -quien asegura que será presidente de la República en las elecciones siguientes a la próxima- y unos jóvenes se les acercaron y le preguntaron por qué yo ya no escribo en El Periódico a pesar de que mis columnas eran tan buenas y las más leídas. Y el insoportable Zamora respondió: “Todos perdimos con su salida. El Periódico perdió, pero Palmieri también perdió. Y fue porque no se puede permitir que Maradona imponga sus propias reglas para jugar fútbol”. ¡Vóytelas! ¡Yo no soy Maradona ni juego fútbol! Además, yo no violé ninguna “regla” establecida, sino simple y sencillamente ya no pude soportar más sus constantes censuras e impertinencias. Sin desestimar el hecho que me pagaban una miseria por escribir una columna diaria, de lunes a sábado, incluyendo cuando andaba de viaje o estaba enfermo.
Aunque ahora ya no sean “cuatro gatos” los que me leen, sino probablemente son solo dos, son lectores selectivos que se toman el trabajo de buscarme en mi página web para leerme y si no me quieren leer no lo hacen. Y yo me doy por satisfecho con que me lean estas dos personas porque no son gente frustrada y acomplejada y sus opiniones son muy valiosas para mí. Así que tururú tururú.

Posted in Sin categoría