Lo que saben los presidenciables

En el diario Prensa Libre del domingo pasado se publicaron las preguntas que se plantearon a los candidatos a la Presidencia de la República en un sencillo cuestionario sobre indicadores nacionales con el objetivo de comprobar hasta qué punto conocen o ignoran la realidad del país. Los cuestionados fueron los candidatos Álvaro Colom, Otto Pérez Molina, Alejandro Giammattei, Harold Caballeros, Rigoberta Menchú, Luis Rabbé, Eduardo Suger, Mario Estrada, Fritz García-Galont, Miguel Ángel Sandoval, Oscar Castañeda, Marco Vinicio Cerezo Blandón, Pablo Monsanto, Héctor Rosales y Manuel Conde y las respuestas que dieron, con excepción de Luis Rabbé, candidato del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), porque fue el único de los 15 candidatos que no accedió a responder estas preguntas.
Se les preguntó concretamente: 1) ¿Cuál es el porcentaje de analfabetismo?; 2) ¿Cuántos idiomas se hablan en Guatemala; 3) ¿Cuántos kilómetros cuadrados tiene el territorio nacional?: 4) ¿Cuántos municipios tiene el país?; 5) ¿Cuál es la división política de Guatemala?; 6) ¿Cuáles son las tasas de pobreza y pobreza extrema?; 7) ¿A cuánto asciende el salario mínimo para el campo y para la ciudad?; 8) ¿De cuántos años es la expectativa de vida de los guatemaltecos?; 9) ¿Cuáles son los tres rubros que más divisas representan para el país?; 10) ¿Quiénes tienen iniciativa de ley?; 11) ¿Cuál es el sector que más aporta al Producto Interno Bruto?; 12) ¿Cuántos artículos tiene la Constitución?; 13) ¿Cuál es la deuda externa de Guatemala?; 13) Mencione dos indicadores o tasas del sector salud.
Al leer lo que cada uno de ellos respondió es fácil darse cuenta de quiénes están bien informados de la situación de Guatemala y quiénes no lo están. Sugiero a los votantes que revisen cuidadosamente esa publicación antes de decidir por quién van a votar el 9 de septiembre, porque supongo que no van a votar por una persona que ni siquiera está bien informada de la realidad guatemalteca.
No es mi intención menospreciar o desprestigiar a ninguno de los candidatos, pero creo sinceramente que las respuestas a ese cuestionario son determinantes para escoger a la persona que merece nuestra confianza y nuestro voto porque por lo menos se ha tomado el trabajo o la molestia de investigar cuál es la situación que está viviendo nuestro país. Y quienes ignoran eso deberían tener la dignidad, la vergüenza en la cara para aceptar su ignorancia y retirarse de la contienda porque es evidente que no merecen el voto de los electores.
Sin el menor menosprecio por ninguno de los 14 candidatos (no digo 15 porque Harold Caballeros está descartado por una pifia que seguramente lamentan), me permito la libertad de proponerles que con la mano en la conciencia se pregunten a sí mismos qué han hecho en su vida pública o privada para merecer el honor de aspirar a desempeñar la Presidencia de la República. ¿Qué han hecho por el país? ¿Qué han hecho durante su vida? Y permanezcan en la contienda electoral si en verdad creen que tienen ejecutorias que garanticen su inteligencia, su preparación, su capacidad, su honorabilidad, su desinterés y su patriotismo.
Pero si no llenan esos requisitos básicos, respetuosamente les sugiero que no insistan en tratar de engañar al pueblo con una propaganda electoral para hacer creer que ellos son lo que sus geniales propagandistas dicen que son. Pero en Dios y en conciencia saben que no son.
No deben exponerse a que se les caiga la máscara publicitaria, o que los medios de comunicación tengan que desenmascararles para evitar que sigan engañando al pueblo con las mentiras con las que cubren una imagen cuidadosamente elaborada como capa entérica.
Dan ganas de reir a carcajadas cuando se escuchan los encendidos discursos llenos de falso patriotismo, o cuando se leen las publicaciones de más de alguno de quienes se creen presidenciables y tratan de hacerse pasar como lo que ellos saben muy bien que no son ni podrán llegar a ser jamás porque no tienen la materia prima que se requiere para ello.
Antes de que sea demasiado tarde, que ciertos farsantes reaccionen con un poco de honradez a las exigencias que se precisan para poder gobernar a nuestro país, les aconsejo que se retiren de la contienda electoral. Sería más prudente que exponerse a ser desenmascarados y puestos en evidencia públicamente. Que no caigan en su propia trampa de creerse lo que tratan de hacer creer al pueblo que son, a pesar de que saben perfectamente bien que no lo son.
Para ser un presidenciable no basta con obtener de alguna manera, o a algún precio $$$, el apoyo de un partido político en la bolsa de valores y el dinero necesario para costear una campaña publicitaria. Ni es suficiente tener la cara dura para hacerse pasar por una persona inteligente y capacitada para gobernar un país como el nuestro. Para ello hay que tener la materia prima. Hay que ser muy inteligente, haber estudiado y aprendido mucho, haberse preparado adecuadamente y tener un ejemplar espíritu desinteresado de patriotismo a prueba de corrupción. Si no tienen todo eso, mejor retírense, no traten de engañar al pueblo con cancioncitas, eslogans, poses estudiadas, frases hechas y demagogia barata.
El hecho de decir muchas veces al día ?Dios bendiga a Guatemala? con el dedo apuntando al cielo no es suficiente para que el pueblo guatemalteco vote por una persona que, por otra parte, no demuestra que está suficientemente preparado y capacitado para gobernar Guatemala. Ni hay que tener mano dura para combatir la delincuencia, la inseguridad, el desempleo, la pobreza y la miseria. Ni es necesario ser un sabio profesor de matemáticas para garantizar que se conoce la situación del país y se sabe cómo se debe gobernar en las circunstancias en las que se encuentra. Ni es necesario tampoco ser una mujer indígena que ha tenido la buena suerte de recibir inmerecidamente un premio internacional y el dinero y la fama mundial que conlleva. Hay que tener algo más. Y quien no lo tenga haría bien en tener el valor de reconocerlo y retirarse de la contienda electoral para no hacer bulto.

Posted in Sin categoría