El voto discordante

Al candidato presidencial que ha obtenido el primer lugar en todas las encuestas de intención de voto que se han hecho previas a las elecciones generales que tendrán lugar el próximo 9 de septiembre, ingeniero Álvaro Colom Caballeros, se le armó un escándalo de “Dios es Cristo” debido a que dos de los diputados de su partido político, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), el licenciado César Emilio Fajardo Rodríguez y Jorge Estuardo Girón Chacón, miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República, que preside la atractiva licenciada Zury Ríos Sosa de Weller, votaron en favor del dictamen contra la creación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), a pesar de que Colom había manifestado en Washington estar en favor de que se apruebe. Y a pesar también de que sus votos no eran indispensables para que aprobara el dictamen la mayoría de los diputados miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores que se encontraban presentes.
No conozco a ninguno de estos dos diputados, pero por los medios de comunicación social y de algunas personas que les conocen personalmente estoy enterado que al menos el primero de ellos es una persona inteligente y abogado de profesión y, por lo tanto, conoce las leyes vigentes en el país y el Reglamento Interno del Organismo Legislativo y, en su calidad de secretario general adjunto del partido UNE, tenía que saber que lo que hacía era contrario a lo expresado por el máximo líder y candidato presidencial de su partido y, lógicamente, le podría ocasionar graves problemas que probablemente repercutirán contra las posibilidades de su triunfo electoral. Sin embargo, lo hizo y, como era de esperarse, causó el mayúsculo escándalo que se ha armado y ha hecho que se deje de prestar atención a la grave denuncia que se hizo de que en el transcurso de los últimos diez (10) días del gobierno del licenciado Ramiro De León Carpio (apodado “huevos tibios”), en el Estado Mayor Presidencial, que entonces estaba a cargo del general Otto Pérez Molina, hoy flamante candidato presidencial del partido denominado Patriota, cobraron en efectivo (lo que se llama cash, como si fuere para “lavarlos”), sin comprobantes legales, cheques por 19 millones de quetzales cuyo paradero todavía se ignora. Lo cual mueve a sospechar que el escándalo de la CICIG está sirviendo de Cortina de Humo para desprestigiar a Colom e impulsar la candidatura de este militar retirado que ofrece una “mano dura” en su campaña de propaganda electoral.
¿Por qué lo hizo Fajardo? ¡Sólo Dios sabe! Pero también deben saberlo tanto él como el candidato presidencial del partido UNE. Podría ser que lo haya hecho porque esa es su opinión legal sobre la intención de crear en nuestro país -que se dice libre y soberano- una comisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que estará a cargo de un “comisionado” nombrado por el Secretario General de la ONU y probablemente será oriundo de España, Francia, Bélgica o Suecia, y estará integrada por personas que no serán afines al gobierno que se formará a partir del 14 de enero próximo. Pero, en su calidad de afiliado a un partido político, en el cual desempeñaba nada menos que el cargo de secretario general adjunto, debía votar de acuerdo a la línea del partido que había sido expresada con claridad por su Secretario General. O para no tener que votar de una u otra manera, pudo haberse abstenido de asistir a la sesión en la cual se acordó ese dictamen desfavorable, como lo hizo el diputado Jorge Méndez Herbruger, ex presidente del Congreso y prominente miembro del partido oficial GANA, si no estaba de acuerdo con la línea partidaria, ni estaba dispuesto a compartir la promesa que había hecho en Washington su máximo dirigente y candidato presidencial.
Pero Fajardo asistió puntualmente a la sesión y votó en favor del dictamen contra la creación de la propuesta CICIG. ¿Acaso lo hizo para “quedar bien” con la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y, principalmente, con su partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG), con el objetivo político de “congraciarse” con ambos para que, llegado el caso, los votos cautivos de dicho partido sean en favor del ingeniero Colom en una segunda vuelta electoral quizás compitiendo con el general Pérez Molina? ¿Se inmoló conscientemente en aras de granjearse la simpatía y el apoyo del controvertido general Efraín Ríos Montt, padre de Zury y líder indisputable del FRG? ¡Sólo así se podría justificar su comportamiento!
Sin embargo, ayer trascendió que, al reaparecer en la sede del Organismo Legislativo, el susodicho diputado Fajardo declaró que se ha sido ?suspendido del partido por un tiempo mientras ventila su situación?; y agregó que ?renuncia al antejuicio” al que por ley tiene derecho para someterse a un eventual juicio al que podría ser sometido. Y esto ha acabado de desconcertarme, lo confieso, porque, como ya dije antes, este diputado no es tonto, ni es ignorante de las leyes, y debe saber que él no puede sencillamente ?renunciar al antejuicio” porque tal cosa no está contemplada en las leyes, ni tampoco en el Reglamento Interno del Congreso de la República. En todo caso, tendría que ser un juez competente quien lo decida después de analizar si se justifica o no un juicio en su contra por alguna acusación que se le haga. Pero todavía no hay tal acusación en su contra, ni puede darse el caso de que un juez, competente o no, pretenda juzgarlo de oficio. Luego entonces, como diputado goza de antejuicio mientras un juez no disponga otra cosa.
También informó la nota periodística del reportero Edgar Hernández, titulada en letras grandes y muy negras “Fajardo renuncia a antejuicio”, publicada en el vespertino La Hora, del cual es dueño y director absoluto el periodista y licenciado Óscar Clemente Marroquín Godoy, padre amoroso de José Carlos Marroquín Pérez (sin relación familiar con el general Pérez Molina), jefe de estrategia de la campaña electoral del ingeniero Colom, y afirmó que ?invocó el nombre de Dios”, agregando que “le ha pedido que le dé la sabiduría necesaria para que Él (Dios) sea quien oriente estas acciones?; y que ?Él (Dios) sabe positivamente que César Fajardo es un hombre inocente, es un hombre de convicciones, es un hombre de moral y ética y es un hombre dedicado al trabajo honrado y digno?. Y concluyó que eso es “lo que está haciendo César Fajardo hoy por hoy?. ¡Qué de al pelo! ¡A estas alturas del escándalo le pasa a Dios la “pacaya” o la brasa ardiente!
Aunque no lo conozco personalmente, repito, no tengo motivos para dudar de que sea cierto todo eso que dice de si mismo, pero si es verdad todo eso, en efecto, ¿por qué fregados causó ese tremendo despelote y metió en tamaño lío a su líder político y candidato presidencial? Como dije antes, ¡sólo Él (Dios) lo sabe! Y sin duda lo sabe también él (César Emilio Fajardo Rodríguez). Y no me extrañaría que lo sepan también el ingeniero Colom y su activa esposa Sandra Torres Casanova de Colom.
Pero yo no lo sé. Ni lo saben los numerosos lectores de esta alegre página cibernética o blog en la cual me realizo felizmente día tras día mientras Él (Dios) me lo permita. Ni lo saben tampoco la mayor parte de los 1.4 millones de votantes que, según el Registro de Ciudadanos, están empadronados en el departamento de Guatemala. ¡Y ahí es donde está el problema!
En conferencia de prensa convocada con ese propósito ayer por la tarde, el ingeniero Colom ratificó su apoyo a su jefe de estrategia de la campaña, José Carlos Marroquín Pérez y que el diputado Fajardo ha sido retirado del cargo de secretario general adjunto del UNE y deberá ser investigado por el Ministerio Público su presunta vinculación con el atentado que Marroquín Pérez sufrió hace cierto tiempo.

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