Adiós a un amigo

En las primeras horas de la madrugada de ayer murió de neumonía, a la edad de 90 años, el famoso actor mexicano de radio, cine y televisión Ernesto Alonso, director y productor de muchas de las telenovelas que transmitieron los canales de televisión de la empresa Televisa. Había permanecido hospitalizado durante varios días, pero el último fin de semana presintió que su vida llegaba a su fin y pidió ser trasladado a su casa, en la calle Rubén Darío de la Colonia Polanco, para morir en su propia cama y rodeado de los ángeles que coleccionaba, sin duda en memoria del dentista Ángel Fernández, con quien sostuvo una relación homosexual durante muchos años y en sociedad con él abrió y manejó el club nocturno ?El Quid?, en la calle Puebla de la colonia Roma, que por mucho tiempo fue el más distinguido de la capital mexicana, y donde solían presentarse los intérpretes mexicanos e internacionales más cotizados del momento, como Marco Antonio Muñiz y el dúo de las hermanas chilenas Sonia y Miriam. De ese club era pianista de la orquesta el hoy famoso compositor e intérprete yucateco Armando Manzanero antes de haber dado a conocer sus canciones. Todas mis noches de parranda las terminaba siempre en ese lugar donde se daban cita las personas más destacadas de la sociedad del Distrito Federal, así como los artistas mexicanos e internacionales más famosos del cine, el teatro y la televisión. La pareja de Ángel y Ernesto era sumamente apreciada por todos los que tuvimos el privilegio de gozar de su amistad y varios domingos Arabella Árbenz y yo fuimos invitados a la casa de ellos en Yautepec, cerca de Cuernavaca, Morelos. Porque además de haber sido un extraordinario actor, director y productor de cine y televisión, Ernesto Alonso fue, por sobre todas sus actividades artísticas, una persona simpática, culta y caballerosa y un gran amigo con mucho sentido del humor. Siempre fue un placer compartir el tiempo con ellos porque, además, eran excelentes anfitriones.
Su nombre verdadero era Ernesto Ramírez Alonso y había nacido el 28 de febrero de 1917 en la ciudad de Aguascalientes, en el Estado del mismo nombre, miembro de una familia de abolengo integrada por el farmacéutico Justo Ramírez Sánchez y la señora Rosa Alonso. Desde niño sintió deseos de ser actor y cuando tenía 20 años las actrices Anita e Isabelita Blanch llegaron a esa ciudad con su compañía teatral a presentar una obra y el hotel donde se hospedaban estaba frente a la casa de la familia Ramírez Alonso. La actriz Anita Blanch llegó un día a pedir que le prestaran un tocadiscos y desde ese momento comenzó una amistad que fue decisiva para el resto de su vida. Las hermanas Blanch lo llevaron al Distrito Federal para que estudiara en el Instituto de Bellas Artes y comenzó a trabajar en teatro haciendo pequeños papeles. Luego pasó al cine interpretando un papel secundario en la película “La gallina clueca”, con la actriz de carácter Sara García, pero él consideraba que su debut cinematográfico había sido realmente en la película “Historia de un gran amor”, con Gloria Marín y Jorge Negrete. Más tarde trabajó en varias películas junto a la cantante y actriz argentina Libertad Lamarque. En el transcurso de su larga carrera filmó alrededor de 50 películas. Cultivó una estrecha amistad con María Félix, Dolores del Río, Miroslava y Andrea Palma, con quien se decía que sostuvo una relación íntima, a pesar de su definida homosexualidad, pero yo lo dudo. Durante varias décadas tuvo amistad con María Félix y su malogrado hijo Enrique Álvarez Félix, quien murió de Sida cuando era muy joven.
En 1959 estaba trabajando en la XEW en una radionovela con la actriz Ofelia Guilmain cuando don Emilio Azcárraga Vidaurreta lo llamó para proponerle trabajar en televisión. A partir de entonces se hizo muy amigo de Emilio Azcárraga Milmo, quien un día le dijo que como actor de cine no podría durar toda la vida, pero como productor sí, y lo convenció de producir telenovelas. Desde aquí comenzó su gran carrera en la televisión ya no sólo como actor, sino también como director y productor de telenovelas por lo que se ganó el seudónimo de ?Señor Telenovela?. El nombre de este extraordinario actor, director y productor quedará escrito con letras de oro en la historia de la televisión, el teatro y el cine mexicanos.
En 1937 llegó al Distrito Federal y el primero que le propuso someterse a unas pruebas de fotogenia y actuación, tras haberlo visto actuar ese mismo año como extra en la película “La Zandunga”, con la bella actriz Lupe Vélez, y “Papacito lindo” en 1939, fue el director Fernando de Fuentes. Los resultados de ambas fueron positivos, lo cual le abrió de lleno las puertas del cine. En el ámbito teatral, este empresario, productor, director y descubridor de actores trabajó en más de 30 obras y su primer montaje fue “Los domingos de Don Blas” en 1939.
Fue entonces cuando, enrolado en los escenarios teatrales con la ayuda del dramaturgo Celestino Gorostiza, y por sugerencia del director Julio Bracho, se decidió a cambiar su apellido Ramírez por Alonso, el apellido de su madre.
Ya con su nuevo nombre, debutó en el papel estelar de la cinta de Julio Bracho “La Virgen que forjó una patria” en 1942 y fue a partir de ese momento que empezó a despuntar su carrera de actor en la industria cinematográfica, en donde hizo más de 40 películas.
No sólo destacó por su producción de teledramas, sobre todo los históricos, sino también por su paso en el cine mexicano. Con Luis Buñuel trabajó en 1950 como narrador en la película ?Los olvidados? y luego filmó en 1953 la película “Abismos de pasión”. Después de haber destacado como gran actor teatral y cinematográfico, se hizo aún más famoso como productor de telenovelas como “Senda de gloria”, “El maleficio? y “Ensayo de un crimen” en 1955, por la cual fue nominado pare el premio Ariel en la categoría de Mejor Actor del año en 1956. Su presencia y carisma fueron decisivos para que, con más de seis décadas de trabajo ininterrumpido en teatro, cine y televisión, penetrara en la cinematografía mexicana que a fines de los años 30 y principios de los 40 necesitaba de nuevas figuras.
En 1959, ya consolidado como galán de cine, disfrutaba de las mieles del éxito, pero fue convencido por Emilio Azcárraga Milmo para dedicarse por completo a la producción de telenovelas. Su primera telenovela fue “La casa del odio”, producida en 1960, con la cual tuvo mucho éxito. Los resultados positivos lo motivaron a dedicarse de lleno a esa actividad y, aunque extrañaba el cine, no dio marcha atrás. Consideraba que su mundo era un medio completo en el que podían hacerse cosas diferentes, lo cual ha dejado plasmado en más de 150 producciones, por lo cual mereció ser llamado ?Señor Telenovelas?.
Entre las telenovelas con gran impacto se cuentan “Maximiliano y Carlota” , “Las leyendas de México” , “La Constitución, ” El carruaje “, ” Los caudillos”, “Senda de gloria”, ?El vuelo del águila”, “El maleficio”, “La traición”, “Doña macabra”, “Muchacha italiana viene a casarse” y “Laberintos de pasión”, entre otras.
Nunca se casó, pero tampoco renunció a la satisfacción de formar una familia y adoptó dos hijos, Guadalupe, quien falleció hace algunos años en un accidente automovilístico, y Juan Diego, que le dieron nietos y bisnietos. Ernesto Alonso, fue reconocido en el medio artístico como una persona muy agradecida de la vida, por la familia que le dio y por los numerosos amigos que supo cosechar.
Su casa siempre fue un sitio de visita obligada para personas muy famosas como el actor Orson Welles, la estrella Lupe Vélez, el millonario estadounidense y diplomático Nelson Rockefeller, el actor Gilbert Roland, el escritor Salvador Novo, la poetisa Pita Amor, el actor y director de cine Emilio “Indio” Fernández, la actriz Dolores del Río, el director Julio Bracho y la actriz Andrea Palma.
En mayo de 2005 inició las grabaciones de la telenovela “Barrera de amor”, protagonizada por Yadhira Carrillo y Sergio Reynoso, donde también participaron Chantal Andere, Gerardo Murguía, Norma Herrera, Raquel Olmedo, Juan Peláez, Aarón Díaz y Armando Araiza, entre otros.
Ese mismo año, el Instituto de Lenguas Indígenas le entregó un reconocimiento, pero no pudo asistir a recibirlo por cuestiones de salud, por lo que la escritora Liliana Abud le representó y disculpó su ausencia. Asimismo, la institución le agradeció su invaluable apoyo para mantener vivas las lenguas indígenas a través de su telenovela “Barrera de amor”, donde hubo varios personajes que hablaban Náhuatl.
Su amiga la productora Tina Galindo fue su vocera durante los últimos días y cuando fue entrevistada por el periodista Carlos Loret de Mola en el noticiario Primero Noticias de Televisa y aseguró que Ernesto se fue satisfecho de su vida porque siempre vivió como quiso. En sus últimos momentos pidió que no fueran a llorar por su muerte y que no hicieran un circo de su funeral, y que le llevaran un cura que le ayudó a conducirlo a la muerte con serenidad. ?El sacerdote nos pidió que familiares y amigos le dedicáramos algunas palabras de despedida?, informó. Y agregó: ?Queda todo lo que hizo, su gran trabajo, su imagen como una persona que ayudó a tantos actores y actrices, su sencillez y su entrega a la actuación?. Tina Galindo comentó que hasta las 22:00 horas del lunes Ernesto Alonso se encontraba con la serenidad de quien sabe que ya se va. Informó también que el parte médico que fue levantado pasadas las 3:00 horas del martes reportaba muerte por neumonía, tras de lo cual fue trasladado al Panteón Francés, a donde llegaron numerosas figuras mexicanas e internacionales del cine, teatro y televisión. Su amiga Silvia Pinal declaró: ?por una persona como Ernesto vale la pena llorar?. Su cadáver fue incinerado anoche alrededor de las 22 horas.
Descanse en paz mi amigo Ernesto Alonso.

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