MISCELÁNEA

* Impugnación al CICIG
En el transcurso de esta mañana, la Liga Pro-Patria va a acudir a la Corte de Constitucionalidad para impugnar el proceso por el cual el Congreso de la República aprobó el acuerdo de creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), celebrado por el Gobierno de Guatemala y la Organización de Naciones Unidas (ONU). Esta impugnación es presentada por el presidente de la Liga Pro-Patria, Doctor en Derecho ?PhD Suma Cum Laude- José Luis González Dubón, con su propio auxilio y el de los Doctores en Derecho Humberto Grazioso Bonetto y Carlos Humberto Rivera Carrillo. Para informar de esta acción legal, Liga Pro-Patria ha emitido el boletín que transcribo a continuación:
“La Liga Pro-Patria argumenta que el proceso de aprobación del proyecto de ley, violó las normas contenidas en la Constitución Política de la República y en la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, que rigen la formación y sanción de la ley. Una de las normas ordena que un proyecto de ley que ha sido presentado al Congreso de la República sea leído y después pasado a una comisión legislativa. Se exceptúa el caso en que la iniciativa se declara de urgencia nacional inmediatamente después de su lectura y no cuando la comisión ya ha dictaminado.
El proyecto de ley por el cual se aprobó el acuerdo de creación de la CICIG, ya había pasado a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República porque no había motivos para declararlo de urgencia nacional.
Las normas legales que rigen la formación y sanción de la ley exigían que el Congreso de la República conociera el dictamen que había emitido la Comisión de Relaciones. Ese dictamen recomendaba no aprobar el acuerdo de creación de la CICIG. Sin embargo, el dictamen fue improbado por el pleno, por lo que la iniciativa debió regresar a la misma o a otra comisión como lo ordena el debido proceso legislativo.
También se transgredieron normas que ordenan deliberar únicamente sobre asuntos aprobados en la orden del día, y entregarle a los diputados, copias de los proyectos de ley que se aprobarán, y de los decretos ya aprobados.
La infracción de las normas que rigen la formación y sanción de la ley es notoria y puede causar gravámenes irreparables, porque puede incentivar la formación y sanción ilegal de las normas jurídicas. A causa de ese riesgo, la Liga Pro-Patria solicita que sea declarado inconstitucional el proceso por el cual fue aprobado el acuerdo de creación de la CICIG, y que desde ya, se suspenda provisionalmente la vigencia de ese acuerdo.
La Liga Pro-Patria no le atribuye a los defensores de la CICIG los motivos perversos que ellos irresponsablemente le atribuyen a sus opositores. Únicamente afirmamos que el proceso legislativo de aprobación del acuerdo que creó esa comisión, notoriamente violó normas de la Constitución Política de la República y de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo. Demostramos esa violación con argumentos rigurosamente jurídicos, cuya validez esperamos sea reconocida mediante criterios ajenos a cualquier interés político”. (Fin del comunicado)
Cualquiera diría que es en esta forma como la Liga Pro-Patria da ?la bienvenida? al señor Carlos Castresana, nombrado director de CICIG por la Organización de Naciones Unidas, porque ha anunciado que hoy comenzarán sus actividades en nuestro país.
* “El gran Moyas”

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Miguel Ángel Asturias, a quien llamábamos afectuosamente “El gran Moyas” quienes tuvimos el privilegio de gozar de su amistad.
Nació en el barrio de La Parroquia, situado en el norte de la ciudad de Guatemala, el 19 de octubre de 1899 y falleció en Madrid (España) el 9 de junio de 1974. Por estar en desacuerdo con el dictator Manuel Estrada Cabrera, se mudó con su familia a Salamá y durante parte de la década del 20 estudió la sociedad y la religion Maya y tradujo el Popol Vuh, libro sagrado Quiché de los Mayas, el cual finalizó en 1926. Estudió en la facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala y después Antropología en la universidad de la Sorbona (París). En 1942 fue electo diputado. En horas de la noche del 19 de octubre de 1944, cuando cumplía 45 años, estalló la insurrección militar y cívica que se conoce como Revolución de Octubre, por lo que siempre decía con mucha satisfacción ?soy octubrista desde que nací?. En vista de que estamos en vísperas de se cumplan 108 años de su nacimiento, le abrazo con afecto por este medio y lo recuerdo con profunda admiración, simpatía personal y afecto. Yo tuve el el honor y privilegio de que me honró con su amistad a pesar de me llevaba 29 años.
Durante el Primer Gobierno de la Revolución, cuando era Presidente de la República el doctor Juan José Arévalo Bermejo, fue nombrado embajador en distintos países, y al ser derrocado el Segundo Gobierno de la Revolución, que presidía el coronel Jacobo Árbenz Guzmán, en 1954, se exilió en Buenos Aires, Argentina. En los años 60 fue rehabilitado por el gobierno que presidía el licenciado Julio César Méndez Montenegro cuando fue nombrado embajador en Francia. En 1966 obtuvo de la Unión Soviética el Premio Lenin de la Paz y en 1967 recibió el Premio Nobel de literatura. Uno de los recuerdos que atesoro en mi vida fue que, pocos días después de la inauguración de la Gran Exposición de Arte Maya que tuvo lugar en el Grand Pallais de París, una noche fui a cenar con él a la casa del famoso chansonnier y estrella de cine Maurice Chevalier acompañados del gran escritor André Malraux, entonces ministro de Cultura, y del mundialmente famoso payador argentino Atahualpa Yupanqui, cuyo nombre legal era Ricardo Chavera.
Miguel Ángel Asturias fue un novelista y cuentista del realismo mágico, influido en sus orígenes por el surrealismo y se adentró en su campo predilecto: la mitología indígena, la propia tierra, lo telúrico, en término muy actual, en el sentido de compromiso con los sinsabores de los campesinos sometidos al yugo colonialista, lo que se echa de ver ya en los títulos de sus obras. Una faceta no menos importante fue la calidad y sonoridades de su prosa que apenas admite comparación en la literatura castellana del siglo XX.
En 1930 publicó Leyendas de Guatemala alrededor de mitos y leyendas nativas y mestizas. En su célebre novela El señor Presidente, publicada en 1946, retrató a un típico dictador latinoamericano por los procedimientos grotescos y burlescos, pero en un marco de fuerte contenido ético y social en que la muerte y la injusticia se encuentran muy presentes, como lo hicieron posteriormente el autor de Cien años de soledad, periodista y escritor colombiano Gabriel García Márquez -Gabriel José de la Concordia García Márquez- nacido en el poblado Aracataca (Magdalena, Colombia) el 6 de marzo de 1927, premio Nobel de literaura 1982, en su novela El otoño del patriarca, así como también el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos en su novela Yo el supremo, quien nació el 13 de junio de 1917 y murió el 26 de abril de 2005, a quien se le reconoció internacionalmente con el prestigioso Premio Cervantes de España; y Mario Vargas Llosa (Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú) en su novela La fiesta del chivo.
En 1949 publicó Hombres de maíz que es reconocida por muchos como su obra maestra. Novela típica del realismo mágico en la que se aprecian las voces y los rostros del oprobio y la injusticia, pero en términos de cruda explotación colonialista. Lo más resaltable de esta novela es que el autor logra, de forma casi sobrenatural acoplar el lenguaje y el ritmo de su prosa a los de la raza que retrata, sus fantásticas creencias, sus antiguas maneras y costumbres. El escritor mexicano Juan Rulfo es otro maestro en este arte en su novela Pedro Páramo.
Asturias insistió en temas parecidos en sus siguientes obras, como en su polémica novela La trilogía de la república de la banana conformada por Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960).
Las obras de teatro de Asturias son menos conocidas, si bien abundan en el inconformismo y la crítica social, como Chantaje y Dique seco, ambas de 1964.
Su producción literaria se compone de las siguientes obras: Leyendas de Guatemala (narrativa, ed. Alianza, Madrid), 1930; El señor Presidente (novela, ed. Alianza, Madrid), 1946; Hombres de maíz (novela, ed. Alianza, Madrid), 1949; Viento fuerte (novela, ed. Alianza, Madrid), 1950; El Papa verde (novela, ed. Alianza, Madrid), 1954; Week-end en Guatemala (relato, ed. Alianza, Madrid), 1956; Los ojos de los enterrados (novela, ed. Alianza, Madrid)), 1960; El alhajadito, 1961; Mulata de tal (ed. Galaxia Gutenberg), 1963; Cuentos y leyendas (ed. Galaxia Gutemberg), 1965; Clarivigilia primaveral, 1965; El espejo de Lida Sal (cuento, ed. Siglo XXI), 1967; Maladrón (Epopeya de los Andes verdes), (ed. Alianza, Madrid), 1969; Viernes de Dolores (ed. Alianza, Madrid), 1972; América, fábula de fábulas (ensayo), 1972.
* Poca vergüenza
Durante toda la campaña electoral, el optometrista (no doctor) Francisco Beltranena (más conocido como “Pancho”), mientras era improvisado columnista del diario Prensa Libre publicaba sus “análisis políticos” supuestamente imparciales, pero desde entonces ya estaban comprometidos con el candidato presidencial del partido Patriota, general Otto Pérez Molina, y dio unas caprichosas explicaciones tendenciosas en un programa de televisión sobre una encuesta que luego se descubrió que estaba amañada, después tituló una de sus columnas “Caballo que alcanza gana”, con lo que, lógicamente, influía en sus lectores para que votaran por el mencionado candidato, pero sin haber tenido la ética de reconocer que su opinión ya estaba parcializada. Por esos días yo escribí en este blog un comentario en el que me referí a los “analistas políticos” que actúan en esa forma, que catalogué como faltos de ética. Y esa misma mañana me llamó por teléfono el tal “Pancho” Beltranena para hacerme un reclamo y decirme con mucho orgullo -como él acostumbra- que es catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Francisco Marroquín y posee no se cuántos doctorados en Ciencias Políticas, entre ellos uno de la Universidad Pontificia de Salamanca, que es de esos que se están otorgando aquí por correspondencia. Le escuché por educación y porque he sido amigo de su familia, particularmente de su tío, el licenciado Luis Beltranena, y de padre, el doctor Fernando Beltranena, quienes me merecen respeto y simpatía, pero estuve tentado a decirle lo que en mi opinión merecía esa actitud de aparentar ser imparcial en sus “análisis políticos” cuando en realidad ya estaba comprometido con su “viejo amigo de 20 años”, el general Pérez, y por haberse permitido cometer el abuso de confianza de llamarme por teléfono a mi casa particular para hacer ese reclamo. Ya sabía que sus opiniones periodísticas estaban parcializadas porque el general Pérez le había prometido un “chance” en su gobierno, si acaso gana la segunda vuelta del 4 de noviembre. Pocos días más tarde “Pancho” se despidió de sus lectores anunciando que iba a incursionar en la política militante y, acto seguido, el general dio a conocer que lo va nombrar para el cargo de Secretario de Inteligencia Política. Lo cual comprueba que sus opiniones como columnista no eran imparciales, sino estaban parcializadas o comprometidas. Eso se llama en cualquier país del mundo poca vergüenza y constituye una falta de ética periodística. Así mismo, su actitud de permitirse el abuso de llamarme por teléfono para reclamarme, sin que haya amistad entre nosotros, es un indicio de lo que será capaz de hacer, con la característica actitud de autoritarismo militar, en el cargo que le han ofrecido si llega a ser presidente el general Pérez. O sea que, como se dice en estos casos, si así son las vísperas, cómo serán las fiestas. El tal “Pancho” Beltranena, “doctor” en Ciencias Políticas por correspondencia de la pontificia universidad de Salamanca y flamante catedrático de Ciencias Políticas de la Marroquín, tiene derecho a apoyar a un candidato presidencial cuantas veces le dé su regalada gana, pero debe decir de antemano que sus columnas, supuestamente imparciales, en realidad estaban dándole “culas” al general Pérez para que le nombre para ese cargo. Aunque su ambición es ser ministro de la Defensa, porque siempre ha tenido una irresistible inclinación a chafarote.

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