Por un ceviche

Me disculpo ante ustedes por no haber podido preparar algo para este domingo, pero ayer mi hijo Alejandro y yo comimos un sabroso ceviche en la casa de un amigo en el balneario Juan Gaviota y nos hizo mucho daño. Ambos nos enfermamos a tal extremo que yo creí que estaba viviendo los últimos momentos de mi vida. Desde el viaje de regreso los dos veníamos sintiéndonos muy mal y en cuanto entramos a nuestra casa vomitamos como nunca lo habíamos hecho. Creo que hasta por los ojos vomité. Es indudable que sufrimos una intoxicación aguda. Lo curioso es que solamente a nosotros nos hizo mal ese ceviche porque, afortunadamente, ninguno de los demás invitados se enfermó. Probablemente nosotros ya estábamos predispuestos. Me alegra mucho por ellos. Cosas que suceden.
Como podrán comprender, anoche no tuve ni el más mínimo deseo de escribir. Les reitero mi disculpa y hasta mañana.

Posted in Sin categoría