DOS REPRODUCCIONES OPORTUNAS

La bancada de diputados del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) en el Congreso Nacional está cometiendo un lamentable error al desoír la solicitud del Presidente de la República, ingeniero Álvaro Colom Caballeros, de derogar el Decreto 40-74 o Ley obligatoria y de Fomento para el Cultivo de Granos Básicos, que emitió el gobierno del general Carlos Manuel Arana Osorio (1970-1974). Alegan los diputados que antes de derogarlo es necesario sustituirlo con alguna legislación sobre el particular, pero olvidan que lo primero y esencial es derogar un Decreto a todas luces inconstitucional que el actual Gobierno no puede aplicar legalmente.
El mandatario se había dejado llevar por el mal consejo de algunos de sus consejeros cuando pretendió reactivar ese decreto por el se obligó a los propietarios o arrendatarios de más de cien manzanas de tierra a cultivar por lo menos un 10 por ciento de granos básicos. Pero la Constitución de la República vigente ya no es la misma ni tampoco las circunstancias en las que vive el país actualmente, y ahora esa imposición sería inconstitucional.
Reproduzco a continuación el enjundioso Editorial de hoy del diario elPeriódico, que lo explica ampliamente y al cual no queda nada por agregar:
La siembra obligatoria
?El escándalo financiero del Congreso de la República le demostró al presidente Álvaro Colom que podrían resultar más peligrosos para su gobierno sus propios asesores, algunos de ellos improvisados, mediocres o corruptos, que la oposición política.
Es por ello que con mucha madurez el gobernante ha tirado al canasto de la basura ?el consejo de sus asesores?, según sus propias palabras, para que haciendo uso de sus facultades impulsara en el Organismo Legislativo la reactivación del Decreto 40?74, Ley obligatoria y de Fomento para el Cultivo de Granos Básicos, que data del gobierno del presidente Carlos Arana Osorio.
Colom demostró que sus asesores no le van a meter tan fácilmente gato por liebre, como lo hicieron con Meyer, cuyo debut y despedida en la presidencia del hemiciclo fue lamentablemente fugaz .
Y es que el Decreto 40?74, que obliga a propietarios o arrendatarios de tierra, con más de 100 manzanas, a utilizar un 10 por ciento del total de su extensión para la siembra de granos, es gravemente violatorio de la Constitución de la República, que garantiza el derecho de propiedad
No cabe duda que el asesor de Colom que le aconsejó reactivar la siembra obligatoria de granos habría metido al Gobierno en un berenjenal. Primero, porque se trata de una ley inconstitucional y además porque resulta totalmente anacrónica en nuestros días, cuando hasta China Popular respeta y promueve la propiedad privada, dentro de su sabia política de modernización, que va en camino de convertirla en la superpotencia mundial del futuro cercano.
Desde el imperio romano ya se respetaba la propiedad como el derecho del ser humano de disponer libremente de su patrimonio ?erga omnes? (contra todos). Aliviados estaríamos si a estas alturas la sociedad guatemalteca tuviera que entrar a debatir la legitimidad del derecho de propiedad y la naturaleza del patrimonio.
Ya se sabe que vivimos una indeseable época de canibalismo en muchos sectores de la vida social.
Pero atentar contra un derecho inherente a la personalidad humana, en este caso la propiedad privada, nos arrastraría a una grave y desfasada conflictividad, que ya ha sido superada ampliamente por los países civilizados.? (Fin del Editorial).
Después, a continuación reproduzco el artículo de hoy de mi estimada amiga María del Rosario Molina, habitual columnista de Prensa Libre, el cual se explica ampliamente por sí mismo y a cuya solicitud me adhiero. Antes de publicarlo traté de comunicarme con ella por teléfono para solicitar su autorización, pero no me fue posible hablarle, por lo cual me permito reproducirlo, esperando que no tenga ningún inconveniente:
El Lago de Atitlán compite
?En un concurso mundial para elegir las siete maravillas naturales del mundo, el Lago de Atitlán ?uno de los contendientes con más razones para ganar? ocupa el vigésimo segundo lugar. Relatan antiguas tradiciones que a la diosa Xmucané se le desprendió una de las grandes piedras de su magnífico collar de jade y al tocar la tierra formó el lago. Sus aguas, verdes, como la jadeíta de la que nacieron, o azules, como el cielo que reflejan, tranquilas a veces y a veces azotadas por el xocomil, protegieron a Tzutuhilebpop, rey de Atitlán, y a su valido, que habían raptado a las princesas k?iche?s Ixcunsocil y a Excelispua, su prima, cuando ya el reino k?iche? se había separado en tres: el k?iche?, cuyo trono lucía bajo cuatro doseles; el kaqchikel bajo tres, y el tz?utujil bajo dos. Esa separación se debió a un fenómeno entonces desconocido, un ?parahelio?, que hace ver tres soles, y decidió a Acxopil, rey k?iche?, a dividir su reino. Cuando ocurrió el rapto reinaba Balam Acab, 5º. rey de Utatlán. Se cuenta, además, que sumergida en el lago yace una gran ciudad: la capital tz?utujil.
Pero de las leyendas y de la historia precolombina no es de lo que se trata ahora: lo que interesa es escoger los más bellos paisajes del mundo. El lago es el inmenso cráter de un volcán que existió en remotas épocas geológicas. Lo rodean tres magníficos colosos: el San Pedro, perfecto, solitario y dormido, a bastante distancia; el Tolimán y atrás el Atitlán, que hizo su última erupción en 1852-1853. De acuerdo con Montessus de Ballore, el sabio sismólogo que registró miles de temblores y erupciones volcánicas en Centroamérica y en el mundo, el Volcán de Atitlán es uno de los dos a que se refiere Pedro de Alvarado en su segunda carta a Cortés, fechada en Santiago (Iximché) el 28 de julio de 1524: ?(…) un volcán que exhala fuego…?. El otro es el Volcán de Fuego.
La mayor parte de los viajeros que recorrieron y recorren el mundo concuerdan en que el Lago de Atitlán es el más bello que han visitado. Ninguno se le compara, por esos titanes que lo guardan, por las montañas que lo rodean y por sus aguas de colores cambiantes, que en la noche se tornan negras y reflejan las estrellas que allí brillan en toda su magnitud. Cito las palabras de un gran escritor guatemalteco, José Rodríguez Cerna: ?De pronto, desde la altura en que el viento hace marea entre pajonales (…) se ofrece entero el Lago de Atitlán (…). El lago duerme, y los filos de las sierras y las broncas alturas (…). Maravilloso embrujo de joyería prisionera entre montañas…?.
Los guatemaltecos, todos, debemos votar por nuestro bellísimo lago en la página www.new7wonders.com e insto a mis lectores a que emitan su voto para que ese regalo que nos dio la naturaleza sea incluido entre las siete maravillas naturales del mundo (puede ser finalista y el ganador, si alcanza a estar entre los primeros 21 lugares). En verdad, se lo merece.? (Fin del artículo)
Me adhiero totalmente a la solicitud de mi vieja y estimada amiga María del Rosario Molina viuda de Herrera.
La otra maravilla natural de Guatemala que está en la competencia junto con el Lago de Atitlán es el volcán de Pacaya.

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