VIVENCIAS EN MÉXICO 4

Ah… ¡Comer en México!
Son muchas las razones por las cuales me gusta visitar la Ciudad de México: la primera y principal es que allá tengo numerosos queridos amigos a quienes puedo calificar de ?cuates?, pero otra es porque me gusta muchísimo la comida mexicana con su enorme variedad de sabores. Los mayores exponentes de la gastronomía mexicana son las comidas yucateca, oaxaqueña, poblana y norteña, pero en el Distrito Federal también hay una gran cantidad de excelentes restaurantes de cocina internacional. Y siempre que llego encuentro alguno nuevo. Desde luego, cada vez que voy procuro comer en el restaurante Au Pied de Cochón, ubicado en el lobby del hotel Presidente InterContinental, de entrada ostras en su concha de Baja California, o la tradicional Sopa de Cebolla que hizo famosa el popular restaurante Au Pied de Cochón original, situado en el mercado Les Halles de París, y de plato principal un trozo de carne de marrano o costillas de cordero; o un incomparable Roast-beef al estilo inglés o americano del elegante restaurante Churchill en la avenida Las Palmas; u ostras en su concha y toda clase de mariscos en Fishmans de Polanco; o los mejores langostinos del mundo en la cantina Danubio, en una esquina del Eje Central (antes San Juan de Letrán), en el Centro Histórico; o cabrito al pastor en el Correo Español; y a beber unas cuantas ?Margaritas? antes de una Sopa Azteca (de tortilla con sesos) y Escamoles (huevos de hormigas) con güacamol en el encantador restaurante Hacienda San Ángel Inn o, cada vez que me es posible, en el acogedor hotel Las Mañanitas de Cuernavaca. También me gusta beber unos cuantos tequilas y comer unos tacos en el encantador poblado cercano de Coyoacán, especialmente en la vieja cantina La Guadalupana, fundada por José Luis Salas en 1932, pero desde hace 4 años el propietario es Manuel Cardona. Por cierto que en esta cantina recuerdan mucho que el ex presidente de Guatemala Alfonso Portillo les solía visitar a menudo y hasta le tenían guardada una botella del tequila más caro que hay. Yo les aconsejé que no hagan tanto alarde de la clientela de ese señor porque salió sumamente desprestigiado de la presidencia. A quienes puedan estar interesados en visitar esta histórica cantina, les informo que ésta cambió de lugar (que era Higuera 14) y ahora se encuentra muy cerca, en Higuera No. 2, esquina con la calle Caballo Loco. Pero donde antes estuvo La Guadalupana, unas personas que se pasan de listas han abierto otra cantina que se llama “La Coyoacana”, donde todo el tiempo canta un cuarteto musical que se llama “Los Gallos Reales”.
Esta vez unos amigos me recomendaron ir al restaurante vasco Biko, que establecieron el dúo de jóvenes chefs vascos Mikel Alonso y Bruno Oteiza, y está catalogado como el 80 restaurante del mundo. Se dice fácil, pero no lo es con tantos restaurantes como hay en el mundo. El nombre del lugar significa en euskera dúo o pareja. Se identifica como “un espacio que nace de la visión de dos cosineros que crean un restaurante donde se mezcla la evolución de la cocina vasca y la tradición culinaria de una de las gastronomías más reconocidas a nivel mundial”. Allí se puede comer degustaciones de pequeñas porciones de casi todo el menú y, además, ofrece la comodidad de que se puede pedir medias porciones de cualquier platillo. Está situado en la avenida Presidente Masaryk número 407, en la colonia Polanco, y comprobé con satisfacción que responde con creces a su fama. Les aconsejo que coman allí alguna vez cuando visiten la Ciudad de México. El servicio es excelente. Se los recomiendo.
En este viaje tuve oportunidad de ir a “comer” (almorzar) con mi querido amigo Mario Arturo Moreno Ivanova (hijo indiscutible de mi inolvidable y entrañable desaparecido amigo Mario Moreno Reyes ?Cantinflas?) y con su guapa esposa Sandra (quien el día antes había cumplido años), en un nuevo restaurante oriental-francés que se llama Philippe, situado en la parte más alta del Paseo de la Reforma, en las Lomas, propiedad del chef Philippe Chow, quien también tiene restaurantes en Nueva York y Miami. Este restaurante es muy caro, por lo cual la cuenta la tuvimos que dividir entre tres y pagamos cada quien una tercera parte: Mario Arturo, Guayo Palomo y yo; y, para ser sincero, no me gustó mucho.
Un nuevo restaurante que en verdad es sensacional es el Nobu, de la cadena del mismo nombre del mundialmente famoso chef japonés Nobuyuki Matsuhisa, nacido en 1947 en Saitama (Japón), uno de los chefs más importantes del mundo. Tan es así que uno de sus conocidos restaurantes, el sushi Matsuhisa en Beverly Hills de Los Ángeles, se encuentra catalogado entre los diez mejores y más caros del mundo, donde el ?menú de degustación?cuesta alrededor de 300 dólares por comensal. Su pasión por la cocina comenzó cuando su hermano mayor le llevó un día a comer a un restaurante de sushi. El aroma del arroz avinagrado y el encanto del pescado crudo hicieron que su sueño por ser el mejor restaurador oriental fuese una de sus prioridades en la vida, algo que está presente en cada plato que Matsuhisa elabora cuidadosamente. Con 24 años, después de muchos años de formación tradicional, la nueva cultura y los ingredientes típicos de Perú hicieron florecer su imaginativo estilo culinario. Tres años después de llegar a Perú, Matsuhisa, donde aprendió a combinar muchas diferentes especias, se trasladó a Argentina, donde trabajó en un suhi tepanyaki, luego volvió a Japón, después viajó a Alaska, donde abrió un restaurante que se quemó y, finalmente, se instaló en Los Ángeles, donde abrió el sushi Matsuhisa, en Beverly Hills.
En 1987 la revista Los Ángeles Times Magazine le proclamó una de las estrellas en alza de la cocina de California del Sur. Su comida fue bautizada como “new japanese” porque se aventura más allá del mar, alejándose de sus productos favoritos, pescado y marisco, para adentrarse en la cocina de la carne de res o el pollo. En agosto de 1994 abrió el restaurante Nobu y la hostelera Drew Nieporent en Nueva York, donde está asociado con el famoso actor cinematográfico Robert de Niro. Su creciente popularidad en Manhattan le dio la posibilidad de abrir el local Next Door Nobu, al lado del anterior, al cual seguiría el de Londres, y luego el de Milán con el modisto Giorgio Armani como socio.
Ha escrito y publicado el libro Nobu The Cookbook, con un buen número de recetas y fotografías de sus platos, y también ha debutado en el cine con la película “Casino“, del director Martin Scorsese, con un pequeño papel de jugador empedernido; a esta película seguramente le seguirían otras, pero aunque a Matsuhisa le divierte el trabajo como actor, nunca abandonará su primer amor, que es la creación de irresistibles delicias culinarias.
En la actualidad, Nobuyuki Matsuhisa tiene 13 restaurantes regados por el mundo: entre ellos los de Los Angeles (California), Milán, Nueva York, Miami y ahora en la Ciudad de México. Este restaurante es muy grande y está instalado en el edificio conocido como ?el pantalón? (porque tiene esa apariencia), en el gigantesco Centro Comercial Santa Fé, por la supercarretera a Toluca. Les advierto que es sumamente caro. Yo pude ir a comer allí gracias a que fui invitado por el adinerado y muy agradable abogado y empresario español José Gárate Murillo, a quien tuve el placer de conocer el domingo en la casa de mi querido colega y amigo Jacobo Zabludovsky quien, dicho sea de paso, aprovecho la oportunidad para informar a mis lectores que hoy me llamó por teléfono para agradecerme la nota de homenaje que publiqué en este blog en días recien pasados y aclarar categóricamente que no es verdad que él haya votado por el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Yo le expliqué que esa información la tomé de su biografía en un artículo en la Enciclopedia Libre Wilkipedia de Internet que encontré en http://es.wikipedia.org/wiki/Jacobo_Zabludovsky. Y que yo lo aclaro con muchísimo gusto, pero que también debería dirigirse a ellos para que lo aclaren. Espero que no se haya molestado por el error involuntario que cometí. Lo lamento mucho.

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