MISCELÁNEA 10/05/2010

* Mi saludo a las Madres

Con mi admiración y respeto, saludo muy cordialmente a las madres de todo el mundo, particularmente a las de Guatemala. Y a sus hijos y demás descendientes les insto a que no pospongan las oportunidades para demostrarles su amor. No tiene que ser solamente cuando se celebra El Día de las Madres. ¡Abrácenlas y bésenlas muy cariñosamente todo el tiempo que se presente como si pudiese ser el último día que van a poderlo hacer! ¡Apapáchenlas, como dicen los mexicanos! ¡No lo dejen para un hipotético mañana que probablemente nunca llegará a presentárseles!

* Que se ponga las pilas la Comisión de Postulación

Tengo informes dignos de confianza de que la verdadera intención que hay detrás de los rechazos a los seis aspirantes a Fiscal General y Jefe del Ministerio Público (MP) que fueron escogidos por la Comisión de Postulación entre 29 semifinalistas  se debe a que se desea que continúe al frente de esa institución los mismos que lo están desempeñando actualmente. O sea que lo que realmente buscan es una forma para prolongar al frente de ese cargo a este mismo Fiscal General, licenciado Amílcar Velásquez Zárate, y que llegue el 14 del mes en curso, día en que termina el período para el que fue nombrado, sin que hayan sido ratificados los seis aspirantes a ese cargo entre los cuales deberá designar el presidente Colom al nuevo Fiscal General, y, al mismo tiempo, para que continúe como secretaria general del MP la licenciada Porras, tal como lo han venido haciendo en el caso de la licenciada Blanca Aída Stalling Dávila, Directora de la Defensa Pública Penal de Guatemala. Por eso aconsejo a los miembros de la Comisión de Postulación que se pongan las pilas y no se dejen sorprender.

* No lo escribió García Márquez

Está circulando por correo electrónico nacional e internacional un escrito apócrifo sobre la forma de ser de los guatemaltecos, que se lo achacan al gran escritor colombiano Gabriel García Márquez (“Gabo”), a quien, para explotar su renombre, también le han achacado algunos otros escritos que él jamás escribió. La primera vez que me llegó me lo envió desde Miami el estratega político, periodista y escritor Julio Ligorría Carballido, y la segunda me lo envió desde Washington, D.C. mi estimado viejo amigo el licenciado Jorge Luis Zelaya Coronado. Desde que lo leí comprendí que realmente era apócrifo, y cuando ya se los iba a decir, recibí otro correo de Ligorría en el cual informó a su larga lista de destinatarios que su amigo el destacado escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner le había dicho que lo conocía desde hacía mucho tiempo porque antes se lo habían dedicado a los cubanos.
Pero como de todas maneras dice algunas cosas que sí se nos podría aplicar, lo doy a conocer a continuación:

Los Guatemaltecos por GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
“No hay nadie que no conozca a un guatemalteco o, por lo menos, conoce a alguien que conoce a un guatemalteco. De todas maneras, le preguntaron en una ocasión a un reconocido sabio maestro: ¿Qué es un guatemalteco? Su respuesta fue la siguiente: ¡Ah, los guatemaltecos… que difícil pregunta! Los guatemaltecos están entre ustedes pero no son de ustedes. Los guatemaltecos beben en la misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y se ríen de la música. Los guatemaltecos toman en serio los chistes y hacen chistes de lo serio. No creen en nadie y creen en todo. ¡No se les ocurra discutir con ellos jamás! Los guatemaltecos nacen con sabiduría. No necesitan leer, ¡todo lo saben! No necesitan viajar, ¡todo lo han visto! Los guatemaltecos son algo así como el pueblo escogido, por ellos mismos. Los guatemaltecos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia y, en grupos, por su gritería y apasionamiento.
Cada uno de ellos lleva en sí la chispa de genios y los genios no se llevan bien entre sí, de ahí que reunir a los guatemaltecos es fácil, pero unirlos es casi imposible. No se les hable de lógica, pues eso implica razonamiento y mesura y los guatemaltecos son hiperbólicos y exagerados. Por ejemplo, si te invitan a un restaurante a comer, no dicen que te invitaron al mejor restaurante del pueblo, sino “al mejor restaurante del mundo”.
Cuando discuten, no dicen: No estoy de acuerdo con vos, sino dicen ” ¡Estas completamente equivocado!” Tienen tendencias antropofágicas, así entonces dicen “¡Se la comió!” como una expresión de admiración, porque “comerse” a una mujer guapa es señal de una situación admirable. Decirle a alguien que es un “come-mierda” es un insulto lacerante. El guatemalteco ama tanto la contradicción que llama “culo” a las mujeres hermosas y “animal” a los eruditos. Si te aqueja alguna situación de mala salud te advierten, “¡Debiste hablar conmigo para llevarte donde un amigo mío, que es un médico cabrón!” (porque ser “cabrón” es admirativo). Los guatemaltecos ofrecen soluciones antes de saber el problema. Para ellos nunca hay ningún problema. Creen que saben lo que hay que hacer para erradicar el terrorismo, encausar a paises pobres del Caribe, eliminar el hambre en África, pagar la deuda externa, quién debe ser presidente y cómo Estados Unidos puede llegar a ser una potencia mundial.
No entienden por qué los demás no les entienden cuando sus ideas son “tan sencillas y claras”, y no acaban de entender por que la gente no quiere aprender a hablar castellano como ellos, sino que quieren que todo el mundo aprendan 23 lenguas precolombinas que lo que hacen es dividir mas a la sociedad.
¡Ah, los guatemaltecos… No podemos vivir mucho con ellos, pero es imposible vivir sin ellos!
Dedicado con cariño a los habitantes del mejor país del Mundo…”

Lo he reproducido por ser “gracioso”, pero insisto en que no lo escribió el gran “Gabo”.