MISCELÁNEA DEL 30/06/11

1) La más importante noticia del día

Es indudable que la noticia más sensacional de hoy fue la negativa del Registro de Ciudadanos (RC) del Tribunal Supremo Electoral (TSE) a inscribir la candidatura presidencial de la señora Sandra Torres Casanova, llamada “primera dama de la nación” durante casi cuatro años, por el hecho de haber sido esposa del ingeniero Álvaro Colom Caballeros, actual Presidente de la República, de quien se divorció recientemente para burlar la prohibición contenida en el inciso c) del Artículo 186 de la Constitución Política de la República, lo cual, de comprobarse que ese fue el propósito, constituiría un Fraude de Ley. La señora Torres está postulada para suceder a su ex esposo por la coalición de partidos oficialistas denominados Encuentro Nacional de la Esperanza (UNE), que ha demostrado, de sobra, que la única esperanza que tiene el pueblo es que se vayan pronto a su casa y Gran Alianza Nacional (GANA), que de grande solo tiene el nombre y no se sabe con quién es la alianza.

Estas fueron las portadas de tres de los diarios de esta mañana:

2) El PP no debe cantar victoria todavía

General Otto Pérez Molina y periodista Roxana Baldetti Elías

El general retirado Otto Pérez Molina y la periodista Roxana Baldetti Elías, candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, respectivamente, postulados por el Partido Patriota (PP), no deben cantar victoria todavía por el hecho que el Registro de Ciudadanos (RC) del Tribunal Supremo Electoral (TSE) haya negado la inscripción de la candidatura presidencial de la coalición de los partidos oficialistas Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Gran Alianza Nacional (GANA), licenciada en Ciencias de la Comunicación Sandra Torres Casanova, por la presunción de que se produjo un Fraude de Ley al divorciarse del ingeniero Álvaro Colom Caballeros, actual Presidente Constitucional de la República, porque lo hicieron para burlar el inciso c) del Artículo 186 de la Constitución de la República, que prohíbe que los parientes cercanos del mandatario de turno puedan optar a sustituírle. Y a pesar de que el abogado Acisclo Valladares Molina, ex Procurador de la Nación y Fiscal General de la República, actual columnista de elPeriódico y embajador ante el Reino Unido de la Gran Bretaña ha expresado insistentemente que una cónyuge no es pariente de su esposo, mientras que muchas otras personas –con las cuales me identifico y solidarizo totalmente–, creemos lo contrario porque la cónyuge es la pariente más cercana que tiene un hombre, por lo cual  los autores de la Constitución no creyeron necesario especificarlo, porque dieron por sentado que así sería entendido.

La negativa a la inscripción de esta controversial candidata presidencial fue emitida por el Registro de Ciudadanos a cargo del veterano y respetable abogado Miguel Enrique Solís Rojas, con más de 28 años de inmaculado ejercicio profesional, quien ha estado al frente de ese importante cargo desde la fundación del Tribunal Supremo Electoral. No se podía esperar otra cosa de él porque es un hombre intachable e incorruptible, que en anteriores resoluciones ha demostrado que tiene los pantalones bien puestos, y nunca se ha dejado intimidar por nadie, por muy temibles que hayan sido los autores de las amenazas. No hay que olvidar que el 6 de junio de 2003 negó la inscripción de la candidatura del general retirado Efraín Ríos Montt, del partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG), lo cual provocó que dicho partido haya traído “acarreados” del interior del país a gran número de sus partidarios armados de garrotes y machetes, con el evidente propósito de intimidar con su actitud amenazadora y agresiva a las autoridades electorales, en particular, y a la población capitalina, en general, lo cual ha quedado registrado negativamente en la historia como “jueves negro”. Pero tampoco hay que olvidar que al final de cuentas la negativa del Registro de Ciudanos a inscribir la candidatura de Ríos Montt fue dejada sin efecto por la resolución –a todas luces inconstitucional– de la mayoría de los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) que estaban identificados como parciales al susodicho general. Debido a lo cual, finalmente, éste pudo participar en la elección a pesar de las prohibiciones contenidas en el inciso a) del Artículo 186 de la Carta Magna para quienes hayan llegado a la Presidencia como consecuencia de un Golpe de Estado o hayan desempeñado ese cargo alguna vez. A pesar de todo, Ríos Montt perdió la elección a pesar de haber sido el candidato del partido en el poder y de las amenazas y agresiones de sus huestes en el tristemente recordado “jueves negro”. Y no sería de extrañar que lo mismo se repita en esta oportunidad, porque, como hemos visto, cuatro de los cinco magistrados del TSE votaron recientemente en favor rechazar un recurso que fue interpuesto para invalidar las asambleas de los partidos UNE y GANA por serias anomalías en las actas que se levantaron no “tenían importancia” en el primero, y la impugnación presentada por la señora Gloria Torres Casanova (“hermana incómoda” de la candidata) porque en el acta de la asamblea del UNE se asentó que ella había estado presente en calidad de secretaria de organización de ese partido, a pesar de que ella ya había renunciado tanto del partido como del cargo, lo cual constituye delito de falsedada material de parte del notario que autorizó el acta. No obstante, a esos cuatro magistrados complacientes del TSE les pareció que esas cosas “no tienen importancia”.  Y hay motivos para sospechar que lo mismo que ocurrió en junio de 2003 podría ocurrir para estas elecciones, en vista de que se cree que la mayoría de los magistrados de la CC fueron estratégicamente escogidos y colocados en esos cargos para cumplir ese propósito.

Por otra parte, si la coalición UNE-GANA no logra finalmente inscribir a la señora Torres Casanova, los candidatos presidenciales del PP corren el riesgo de perder un número respetable de votos que en las encuestas que se han dado a conocer se pronunciaron por ellos, pero, en realidad, eran “votos en contra” para impedir que pusiese ganar la candidata oficial, pero al desaparecer esa indeseable posibilidad, podrían votar por cualquiera de los otros candidatos, lo cual bajaría considerablemente el número de votos que se creía en su favor, y probablemente podrían aumentar el número de votos de otros de los contendientes, quizás en favor del doctor Suger o del doctor Baldizón. De tener que ser así, ojalá sea en favor del primero de los dos, porque el segundo produce la impresión de ser un demagogo que aparenta ser populista.

Además, jamás hay que olvidar que la política es la ciencia de lo posible, y cualquier cosa podría suceder porque es bien sabido el sabio refrán popular que dice que “del plato a la boca se cae la sopa”. Razón por la cual los candidatos del Partido Patriota el general Otto Pérez Molina y la periodista Roxana Baldetti Elías no deben cruzarse de brazos sino deberán dedicar aún más esfuerzos por asegurar el triunfo que les han venido señalando las encuestas; y, de ser posible, mejor si logran ganar con mayoría absoluta desde la primera vuelta electoral. No deben confiar en la posibilidad de que la candidatura de su más importante contendiente, la señora Sandra Torres Casanova, no será inscrita y, por consiguiente, no podrá participar en la elección. No deben olvidar el dicho popular “se han visto muertos acarrear basura”.

3) Veintiun cañonazos en el Día del Ejército

Antes de que se firmara el Acuerdo de Paz Firme y Duradera, en diciembre de 1996, los dìas 30 de junio se celebraba en nuestro país, al principio, la conmemoración del triunfo de la Revolución Liberal, ocurrido el 30 de junio de 1871, que encabezaron los beneméritos de la patria generales Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios y derrocó a los sucesivos regímenes ultraconservadores, colonialistas y retrógrados del general Rafael Carrera y de su sucesor el mariscal Vicente Cerna, pero desde el gobierno del general e ingeniero Miguel Ramón Ydígoras Fuentes se estableció celebrar el Día del Ejército sin especificar ningún día en particular, y el presidente Julio César Méndez Montenegro decretó celebrarlo el 30 de junio, en vista de que el general Justo Rufino Barrios fue el fundador del Ejército. Y para festejarlo, habían desfiles militares y escolares y una serie de actos patrióticos. Pero a partir de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, y particularmente durante los desafortunados regímenes del presidente Óscar Berger Perdomo y su vicepresidente Eduardo Stein Barillas –quien probablemente por haber estado ligado a la subversión guerrillera ha sido enemigo jurado de los militares–, y del presidente Álvaro Colom Caballeros, probablemente por influencia de su ex esposa, quien siempre ha tenido afinidad con los subversivos guerrilleros, prueba de ello es que en este gobierno hay muchos ex guerrilleros desempeñando altos cargos, uno de ellos el actual ministro de Gobernación, periodista Carlos Menocal, y, aparentemente, comparte la actitud de Colom el vicepresidente Rafael Espada. A pesar de que tanto los primeros como los segundos deberían estar agradecidos de que si llegaron al poder fue gracias a que el Ejército Nacional impidió el triunfo del ejército irregular subversivo que pretendía imponer en nuestro país un régimen comunista satélite de Cuba, y si lo hubiesen logrado ellos jamás habrían llegado a ocupar los cargos que hoy ocupan.

Desde que se firmó el Acuerdo de Paz Firme y Duradera se redujo considerablemente al Ejército y se desmantelaron las bases militares establecidas en los departamentos, tras de lo cual no sólo no se ha respetado como es debido a la Institución Armada y se cancelaron los desfiles y demás actos patrióticos del Día del Ejército, sino a los soldados se les ha hecho barrer las calles para recoger la arena lanzada por el volcán Pacaya y repartir bolsas de alimentos de parte del programa de Cohesión Social de la entonces “primera dama” y pretendida candidata oficial a la Presidencia de la República. Dio mucha pena ajena ver a esos soldados barriendo las calles y repartiendo bolsas familiares a domicilio.

Para todos es sabido que se ha venido desarrollando una permanente campaña de desprestigio a la Institución Armada en general y a muchos que fueron altos jefes militares, en particular, al extremo de haber ido a detener y sacar de su casa de habitación para meterle en la carcel a un general retirado, de avanzada edad, a quien se acusa de haber cometido matanzas y actos de genocidio cuando desempeñó el cargo de Inspector General del Ejército durante el gobierno de facto del general Efraín Ríos Montt, en el transcurso de la larga y estéril guerra fratricida en la que participaron, por un lado, indígenas que luchaban como soldados del Ejército de Guatemala contra indígenas que peleaban, emboscados en las montañas, como miembros de las guerrillas subversivas de tendencia comunista. No obstante lo cual, se sigue insistiendo en acusar de “genocidas” a los miembros del Ejército, a pesar de estar compuesto por soldados tan indios como los guerrilleros contra quienes lucharon, porque es evidente que siguen sin comprender que  se comete genocidio solamente cuando hay predeterminación de exterminar a una raza. Y esa guerra fraternal fue entre soldados indios, de una parte, contra guerrilleros indios, por la otra parte. ¿Entonces, en qué consistió el supuesto genocidio?

Pero al final de cuentas, quienes no queremos vivir como esclavos de un gobierno comunista debemos agradecer a la Institución Armada el hecho de haber salvado a nuestra patria de que se instalase un régimen como el de la oprobiosa dictadura de Fidel Castro en Cuba, que fue el principal inspirados, entrenador y contribuyente para esa subversión. ¡Por eso digo que hoy saludo con 21 cañonazos a los valientes soldados de la patria que han sido o aún son miembros del Ejército de Guatemala! Y ojalá que mis palabras sirvan como un poco de alivio para ellos por los constantes y desvergonzados pedidos de perdón a “las víctimas de la subversión” de parte del actual mandatario, pero olvidándose de quienes cumplieron con su deber como soldados y fueron víctimas de los guerrilleros subversivos. Pero esta actitud no debe sorprendernos después de ver el comportamiento de menosprecio a la Institución Armada en general y a sus miembros en particular. Es verdad que a lo largo de nuestra historia ha habido militares nefastos, porque han abusado del poder y han sido autoritarios, pero también ha habido elementos con esas mismas características entre los abogados, los médicos, los curas, los ingenieros y los periodistas. No se puede medir con la misma vara a todos por igual.

A continuación reproduzco un artículo del licenciado Luis Fernández Molina que fue publicado ayer en el vespertino La Hora, sobre el triunfo de la Revolución Liberal contra las tropas de los sucesivos gobiernos conservadores y colonialistas del general Rafael Carrera y su sucesor el mariscal Vicente Cerna que no habían cambiado nada de las estructuras colonialistas del país desde que se firmó el Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1821.

Sin marchas y con trabajo en el Día del Ejército
Luis Fernández Molina
Con la corbata en el cuello y el maletín en la mano habré de sentirme extraño este 30 de junio entrando a mis oficinas y saludar a mis colaboradores. La fuerza de la costumbre impone que la conducta se adecue a un patrón repetido por los años. No es que nos hayan arrebatado un asueto (conquistas laborales), sencillamente lo movieron, en este caso al día viernes 1º de julio que así se estrena como día festivo. Con la vigencia de la nueva ley, si un asueto cae en martes se toma libre el lunes, y si cae miércoles o jueves se corre al viernes, con expresa excepción de los feriados de Año Nuevo, Semana Santa (que tienen su propia dinámica de jueves y viernes), Día del Trabajo, Día de la Madre, Día de la Revolución de Octubre, Día de Difuntos, la festividad local y las Navidades. Entonces, con tantas excepciones a la nueva disposición ¿cuáles feriados se van a mover realmente? Pues resulta que solamente el Día del Ejército. Curioso, el Ejército cada día más disminuido, relegado y criticado pierde prácticamente su fecha simbólica. En realidad es el único asueto que sale afectado por el decreto 42-2010 del Congreso (que se emitió “de urgencia nacional”). Los demás siguen exactamente igual debido a su importancia intrínseca. No así el día de las fuerzas armadas. ¿Mera casualidad? No sé por qué me viene a la mente al “incorruptible” Robespierre y sus colegas del Directorio cuando trataron de imponer la semana de 10 días (en vez de 7), para borrar del colectivo social el concepto del “día del Señor”. Acaso una idea con sombras de Fouché y susurros de Talleyrand. Por otra parte en la citada fecha se conmemora el triunfo de las fuerzas liberales lideradas por J. R. Barrios; pocos días antes acamparon en San Lucas, frente a la iglesia y al lado del campo de futbol, donde se erigió un pequeño monumento. El hecho es que el 30 de junio marca el triunfo de la Revolución Liberal contra las fuerzas conservadoras de Vicente Cerna Sandoval (heredero político de Carrera) en 1871. Al mando del general Barrios las fuerzas rebeldes derrotaron al entonces ejército del gobierno legítimo de Guatemala; o sea que fue un triunfo de los sublevados que derrotaron al ejército. Interesante. En todo caso hay que tener presente al Ejército y, claro está, debemos hacer turismo interno y gozar del nuevo puente laboral que es el único que vamos a tener (salvo los que ordinariamente coincidan con lunes o viernes).