1.- Ejemplar columna de opinión
Comienzo por decir que siempre leo los artículos que publica Marcela Gereda en sus columnas en elPeriódico los días lunes, porque aún cuando ciertas veces no comparto totalmente sus opiniones, porque algunas de ellas me parecen un poco resentidas, son bien planteadas y están bien escritas. Por lo que, en mi opinión, amparada en más de 60 años de dedicarme al ejercicio del periodismo, ella merece mi simpatía y respeto por el hecho de ser la autora de una de las mejores columnas de ese medio.
Su columna de hoy, titulada “Libre emisión del pensamiento vrs. falacias” me ha parecido particularmente ejemplar y, después de leerla cuidadosamente, dos veces, he tenido deseos de reproducirla en este blog. Sin embargo, no tengo el gusto de conocerla, ni algún medio para comunicarme directamente con ella, para pedirle su autorización para publicarla. Espero que no le desagrade que lo haga. Voy a reproducir su artículo a continuación y, como de costumbre, al final agregaré mi comentario alusivo. Por todos los medios a mi alcance traté de comunicarme con ella por teléfono para solicitar su autorización para reproducir este artículo, pero no me fue posible, por lo cual me permito la libertad de hacerlo esperando que no le causará un disgusto.
Libre emisión del pensamiento vrs. falacias
Hay mentiras a medias y verdades a medias.
MARCELA GEREDA
Pensar y escribir al servicio de una sociedad conlleva una serie de deberes y responsabilidades ineludibles. Compromisos que sin duda unos las cumplen más que otros.
En los últimos meses se ha desatado cierto debate respecto de la libre emisión del pensamiento. Hace unas semanas, vimos al director de la “Fundación contra el Terrorismo”, interpelado por el Procurador de los Derechos Humanos, llamándole a considerar difamaciones y comentarios sin fundamento emitidos en una serie de campos pagados en la presa escrita en los días del proceso de juicio por genocidio a Efraín Ríos Montt. La “Fundación contra el Terrorismo” hizo señalamientos presentados como investigación pero que acababan siendo algo entre desinformación y simple propaganda.
La semana pasada, vimos cómo la Corte de Constitucionalidad declaró “sin lugar” un incidente de inconstitucionalidad planteado por un periodista del programa radial Estamos al aire, acción constitucional que más buscaba suspender y dilatar el juicio de imprenta iniciado en su contra que atacar el asunto de fondo. Dicho periodista había sido llevado a tribunales por difamaciones vertidas contra el principal gremio de cooperativas del país (Fedecocagua).
La historia es como sigue: el periodista en mención, siguiendo los comentarios sin fundamento de Rodrigo Rosenberg en su video, sugirió a la Federación de Cooperativas Agrícolas de Productores de Café de Guatemala (Fedecocagua) de ser cómplices del asesinato de Rodrigo Rosenberg y pedía a la CICIG y al MP de investigarlos. El periodista en cuestión ignoraba que la investigación llevada a cabo por las autoridades judiciales entre 2009-2011 habían eximido a los cooperativistas de cualquier delito. Además inventó ante los medios de comunicación que Fedecocagua era una entidad pública y que le pedían US$500 millones por daños y perjuicios.
Opinar irresponsablemente sobre una organización privada cooperativa de pequeños productores de café, una organización de desarrollo social y económico exitosa tiene graves consecuencias económicas, sobre todo porque no se trata del trabajo de un individuo, sino del de miles de pequeños productores de café asociados en cooperativas en todo el país. Hubo efectos negativos para con los clientes compradores de café.
Fedecocagua solicitó a dicho periodista retractarse de su acusación pero este no lo hizo. Se siguió entonces el proceso legal que establece nuestro ordenamiento jurídico, solicitando en un juicio de imprenta la sanción correspondiente en contra del periodista sindicado y la retractación por las supuestas expresiones injuriosas. ¿De dónde salió que Fedecocagua solicitaba US$500 millones y que por ser una entidad pública podía ser criticada sin medida y sin pruebas? Quién sabe. Pero los abogados de la Federación me mostraron el memorial de juicio de imprenta iniciado, donde expresamente renunciaron a la reparación civil.
Esta federación de cooperativas de café es un modelo de economía que reúne características imprescindibles para desarrollar las áreas más recónditas del campo. No sigue la lógica de los grandes feudos de café, sino la capacidad de operar en equipo para conquistar a los gigantes del mercado e insertarse en la economía global.
Con estos dos ejemplos, se muestra que la libertad de prensa y de emisión del pensamiento quizás sí existan aún en nuestro país, pero que mal utilizadas pueden echar mano sin empacho de falacias presentadas como certezas que acaban desinformado, manipulando y polarizando aún más a la sociedad.
La realidad siempre se interpreta según el lente y la posición desde el cual se le observa. Hay mentiras a medias y verdades a medias. Las que se repiten una y otra vez parecen convertirse en verdades. De lo que hay que huir es de la incapacidad de no retractarse cuando sabemos que hemos metido la pata. La humildad solo puede venir de saber ser sinceros con nosotros mismos y de estar comprometidos con la búsqueda de la verdad.
Para quienes buscamos dar una explicación a nuestro tiempo y al mundo que nos rodea, ¿podemos asumir el desafío de amar el periodismo y no a nosotros en el periodismo, de amar el arte de decir y no lo que hay de nosotros en el arte de decir?, ¿podemos plantear la posibilidad de usar la facultad de la libre emisión del pensamiento haciéndonos responsables de lo que decimos y de retractarnos cuando nos equivocamos y cuando hemos provocado una gigante e innecesaria batalla de falacias?” (Fin del artículo de Marcela Gereda)
Mi comentario:
No estoy de acuerdo con lo que comienza diciendo la columnista Marcela Gereda en relación al comportamiento del Procurador de Derechos Humanos, licenciado Jorge Deleón Duque, en relación a las publicaciones que ha hecho el director de la Fundación contra el Terrorismo, Ricardo Méndez-Ruiz Valdés, al llamarle “a considerar difamaciones y comentarios sin fundamento emitidos en una serie de campos pagados en la presa escrita en los días del proceso de juicio por genocidio a Efraín Ríos Montt.” Y sigue diciendo: “La “Fundación contra el Terrorismo” hizo señalamientos presentados como investigación pero que acababan siendo algo entre desinformación y simple propaganda”.
En primer lugar, considero que -como abogado que es- el licenciado Jorge Deleón Duque debe comprender que él no es ni juez ni fiscal para enjuiciar y calificar o descalificar el ejercicio de la Libre Emisión del Pensamiento de nadie, y que él debe ser -como el que más- respetuoso y protector de las libertades que garantiza la Constitución Política de la República, y no tiene derecho a poner en entredicho las acusaciones que el señor Méndez-Ruiz Valdés ha hecho públicamente sobre personas que, según afirma, fueron guerrilleros terroristas durante el conglicto armado interno, entre ellos algunos a quienes ha identificado entre quienes le secuestraron cuando su padre, el coronel Ricardo Méndez-Ruiz Röhrmoser, era ministro de Gobernación durante el gobierno del general Efraín Ríos Montt y le exigieron un elevado rescate económico por devolverle con vida.
Sin embargo, concuerdo totalmente con lo que dice la columnista Gereda en relación al caso de cierto periodista que es particularmente activo en radio y televisión y que constantemente difama a su sabor y antojo a personas e instituciones que no son de su agrado y, concretamente, en base al videotape póstumo que dejó el abogado Rodrigo Rosenberg Marzano, solicitó al Ministerio Público y a la CICIG investigaran a la Federación de Cooperativas de Productores de Café de Guatemala (FEDECOCAGUA), institución pr¡ivada que, en opinión de la propia columnista, “es un modelo de economía que reúne características imprescindibles para desarrollar las áreas más recónditas del campo”, no obstante lo cual el susodicho periodista bocón acusó a FEDECOCAGUA de estar comprometida en la macabra muerte de Rosenberg Marzano y, además, de cometer actos de corrupción, razón por la cual ha sido demandado ante un Tribunal de Imprenta.
En uno de sus párrafos, Marcela Gereda dice: “La realidad siempre se interpreta según el lente y la posición desde el cual se le observa”. Tiene razón, William Shakespeare (1564-1616) dijo que no todo lo que brilla es oro; y el poeta y filosofo español Ramón de Campoamor (1817-1901), dijo en sus “Humoradas”: “En en este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira”.
Y más adelante agrega: “Hay mentiras a medias y verdades a medias”. En esto también tiene razón. Joseph Goebels (1897-1945), ministro de propaganda del gobierno nacional-socialista (Nazi) de Alemania e íntimo amigo de Adolf Hitler decía que si una mentira se repite muchas veces se convierte en verdad.
No obstante, con el obvio propósito de tratar de ganar alguna conmiseración y simpatía, el susodicho periodista adicto a las falacias ha hecho creer que la institución privada a la que difamó le ha demandado civilmente y exige que le condenen a cinco años de cárcel y a la inhabilitación para ejercer el periodismo por otros cinco años, y también al pago de US$500 millones por “daños y perjuicios”, a sabiendas de que es mentira, porque la FEDECOCAGUA solamente ha pedido una rectificación profesional. Y se necesita ser demasiado orgulloso (o demasiado tonto) para no reconocer cuando se ha estado equivocado en algo que se ha dicho.
Lo que pasa es, repito, que en nuestro país, ocurre que cualquier badulaque que tiene a su disposición un espacio en un periódico escrito o un tiempo en una radio o en un programa de televisión, se siente con derecho a despotricar falacias acusando de corrupto a las personas e instituciones que no son de su simpatía.
Por todo lo anterior, presento mi más cordial saludo de felicitación a la columnista de elPeriódico Marcela Gereda, con el ruego que disculpe que haya reproducido su artículo sin haber obtenido su autorización.
2.- Reproducción de una columna de EL PAIS de España
El diario EL PAÍS de España publicó esta mañana este brillante artículo del destacado periodista argentino Andrés Oppenheimer, que me permito reproducir para beneficio de quienes aún no lo hayan leído.
Los países más competitivos
La época del dinero fácil ha llegado a su fin y los que han invertido a largo plazo estarán mejor
ANDRES OPPENHEIMER 8SEP2013
El nuevo ranking de competitividad del Foro Económico Mundial publicado esta semana confirma lo que muchos temíamos: Latinoamérica está perdiendo terreno en la economía global, y no está haciendo gran cosa por evitarlo.
El Informe de Competitividad Global 2013-2014, probablemente el más exhaustivo estudio de la capacidad de competir internacionalmente de cada país, mide, entre otras cosas, las instituciones, la infraestructura, el clima empresarial, la educación, la preparación tecnológica y la innovación de cada uno de los países. Como el año pasado, Suiza encabeza la lista de 148 países, seguida de Singapur, Finlandia, Alemania, Estados Unidos, Suecia, Hong Kong, Holanda, Japón e Inglaterra.
El país latinoamericano que ocupa el puesto más alto en el ranking es Chile (puesto 34), seguido de Panamá (40), Barbados (47), Costa Rica (54), México (55) y Brasil (56). Más abajo se encuentran Perú (61), Colombia (69), Ecuador (71), Uruguay (85), Guatemala (86), El Salvador (97), Bolivia (98), Nicaragua (99) y Argentina (104).
Al final del ranking, entre los países menos capacitados para competir en el mundo, figuran Venezuela (134) y Haití (143).
El informe dice que, tras una década de constante progreso económico, gracias al alto precio de las materias primas y a sólidas políticas macroeconómicas, los últimos datos revelan que la mayoría de los países de la región “sufren un estancamiento en su desempeño competitivo”. Traducción: la región se está quedando atrás.
“Se necesita una acción urgente”, incluyendo mejorar el funcionamiento de las instituciones y la calidad de la educación, la tecnología y la innovación, dice el informe. “Esto requerirá una serie de reformas pendientes que se han postergado repetidamente”, agrega. Mientras Brasil y México básicamente conservaron los mismos puestos que en elranking global de competitividad del año pasado, Argentina, Uruguay y Venezuela sufrieron las mayores caídas.
Argentina, cuya presidenta Cristina Fernández de Kirchner se jactó el mes pasado de que la economía de su país funciona mejor que la de Australia y la de Canadá, cayó diez lugares este año con respecto alranking del año pasado. (Dicho sea de paso, Canadá ocupa el puesto 14 en el ranking mundial, unos 90 puestos por delante de Argentina, y Australia ocupa el puesto 21, o sea 83 lugares delante de Argentina).
Hasta países como Argelia y Líbano son más competitivos que Argentina, dice el ranking. Venezuela cayó ocho puestos con respecto al ranking del año pasado, siguiendo con su caída en picado de los últimos años. Ahora se encuentra al nivel de Uganda, Zimbabue, Mozambique, Haití y Chad.
Xavier Sala i Martín, un conocido economista de la Universidad de Columbia y uno de los principales autores del Informe de Competitividad Global, me dijo en una entrevista que “en Argentina y Venezuela el problema no es solo la excesiva estatización de la economía, sino la mala estatización de la economía. Las decisiones del gobierno no se toman basándose en la eficiencia económica, sino en el favoritismo político, y en el castigo a los que ‘no son de los nuestros”.
¿Cuál es la solución?, le pregunté a Sala-i-Martín. “Hay muchas asignaturas pendientes, incluyendo la infraestructura y las instituciones, pero la clave es mejorar la educación”, dijo. “La mayor diferencia entre Latinoamérica y países asiáticos exitosos como Singapur, Corea del Sur y China es el increíble énfasis que han puesto en mejorar sus estándares educativos”.
La mala noticia es que, a la corta, los líderes de Argentina, Venezuela y otros países falso-progresistas que se han convertido en paraísos de la corrupción probablemente desestimen el nuevo rankingde competitividad, y sigan aduciendo que sus países son un oasis de bienestar en una crisis global. Pero la realidad económica ha cambiado, y hace que sus discursos suenen cada vez más disparatados.
Durante los últimos diez años, gracias a los altos precios internacionales de las materias primas, estos líderes podían repartir dinero en efectivo a cambio de votos, desperdiciando la mayor oportunidad de los últimos tiempos de invertir en educación, infraestructura y otros pilares del crecimiento a largo plazo. Pero ahora que las materias primas dejaron de subir, les es cada vez más difícil mantener la ficción de que los países andan bien.
Por supuesto, los populistas culparán a otros —EE UU, la “oligarquía, etc”— de sus problemas autoinfligidos. Pero para todo el mundo será evidente que los países que han aprovechado los buenos tiempos para invertir en su crecimiento a largo plazo —como Chile, Perú y hasta cierto punto Brasil— estarán mucho mejor que sus vecinos populistas. El nuevo Informe de Competitividad Global debería hacer sonar una alarma en toda la región. La época del dinero fácil llegó a su fin. Ahora, hay que ser más competitivo y vender más —y productos más innovadores— en los mercados globales. (Fin del excelente artículo del destacado periodista argentino Andrés Oppenheimer)
Sin comentarios.
Twitter: @jorgepalmieri