LA MUJER DEL AÑO DE CONTRAPODER (y 2)

NOTA PREVIA; después de haber publicado la primera parte sobre este tema, se cayó el servidor de mi blog y se mantuvo caído durante dos días, por la indudable acción de un hacker. Cabe sospechar la procedencia del obstáculo, pero, afortunadamente, después de varios esfuerzos se logró contrarrestar. Gracias a lo cual continúo y concluyo hoy con el mismo tema:

El periodista Juan Luis Font, director de la revista ContraPoder, está embelesado, o algo parecido, por la fiscal general Claudia Paz y Paz, porque además de haberla designado “La mujer del año 2013” –lo cual es discutible– le dedicó la portada del número 35 de la revista que dirige y publicó otra foto a página completa en la página 12; y no satisfecho con eso, en las páginas siguientes publicó ocho (8) fotos más de ella en compañía de diversas personas que ha saludado durante su gestión, tales como el Secretario General de la ONU, Ben Ki-Moon, la ex “primera dama” y ex Secretaria de Estado de los Estados Unidos de América, Hillary Rodham Clinton, el actual Secretario de Estado, John Kerry, el ex jefe de la CiCIG Francisco D’Allanese, el ex presidente del Congreso de la República y candidato presidencial Roberto Alejos Cámbara, otra foto de la conferencia del presidente Pérez Molina acompañado de varios miembros de su gabinete ministerial en la que confirmó su nombramiento; y, finalmente, otra en la que aparece sonriendo como artista de cine en el balcón del edificio del Ministerio Público, etcétera. No las reproduzco también porque yo no estoy embelesado por ella, como parece que lo están Font y la revista ContraPoder.

La foto en toda la página 12 que publica ContraPoder es esta: El cabello despeinado con “colochos” sobre la frente y el lenguaje corporal de la Fiscal General Claudia Paz y Paz me recuerda a alguno de los personajes de la fantasiosa zaga cinematográfica titulada “El señor de los anillos”.

Voy a continuar glosando algunos párrafos del larguísimo artículo de siete (7) páginas en letra tan minúscula que tengo necesidad de usar una lupa para leerla:

En un párrafo de la página 17 hay un párrafo titulado “LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS. que dice: “La fiscal Paz y Paz tocó una herida abierta. Una que en Guatemala, por más que pasa el tiempo, no sana. Bajo su administración se llevó a juicio a un ex Jefe de Estado, Efraín Ríos Montt, y a un exjefe de Inteligencia Militar, José Rodríguez Sánchez por los delitos de genocidio y contra los deberes de la humanidad, debido al rol que jugaron durante el conflicto armado. El tipo penal “genocidio” es, sin duda, la causa de la agria polémica  que demuestra cuán dividida s encuentra aún la sociedad, respecto de los métodos utilizados para ganar la guerra a la insurgencia. La administración de Paz y Paz no fue, sin embargo,  la primera en tocar a altos mandos del Ejército. Antes, bajo la dirección del entonces fiscal general Adolfo González Rodas, se logró condenar al exdirector de Inteligencia del Ejército, Byron Lima Estrada, por el asesinato de monseñor Juan Gerardi.”

Comento: lo que Font califica como “una herida abierta” es, precisamente, la que la Fiscal General Claudia Paz y Paz, se ha encargado de abrir aún más, y echarle vinagre encima para que arda más a un sector de la población. Lo demuestran el comportamiento del MP y, sobre todo, el de la jueza Yazmín Barrios en el juicio por el delito de genocidio contra el general retirado Efraín Ríos Montt. Ambos pusieron de manifiesto que se trataba de un juicio político de carácter vengativo y no estrictamente jurídico. Para las fuerzas de la izquierda subversiva que perdieron la guerra en el campo de batalla, es un logro el hecho de que se logre calificar de “genocidio” una acción estrictamente militar que tuvo lugar durante la guerra intestina y enjuiciar y condenar al ex presidente defacto, general Efraín Ríos Montt, porque durante su gobierno se combatió duramente y con éxito a los guerrilleros en el triángulo Ixil del departamento del Quiché. Pero Font habla de “los métodos para ganar la guerra” que empleó el Ejército. ¿Qué quería? ¿Que las fuerzas represivas de los sucesivos gobiernos que se enfrentaron a la guerrilla no emplearan toda su poder para derrotar a las fuerzas de la guerrilla unificada en la URNG? Todas las guerras son crueles con los perdedores, porque de lo contrario no serían perdedoras sino triunfadoras. Esta ha venido siendo una tendencia de parte de las izquierdas trasnochadas, por lo que quisieron juzgar y condenar en España al general chileno Augusto Pinochet mientras se encontraba en Londres por razones médicas. Asimismo, han juzgado y condenado a los sucesivos dictadores argentinos. Y en España están condenando actualmente post mortem al generalísimo español Francisco Franco y están llegando al colmo que pretenden expulsar del Valle de los Caídos sus restos mortales. A mí no me han caído bien ni el dictador chileno, ni el dictador español, ni los dictadores argentinos; ni tampoco me cae bien el general Ríos Montt. Pero no por ello considero que fueron perjudiciales para sus respectivos países, sino, todo lo contrario. Aunque les duela a los izquierdistas, Pinochet salvó a Chile del régimen socialista del doctor Salvador Allende y de la confrontación que creó y condujo la economía de Chile al éxito; y Franco salvó a España de los republicanos marxistas y anarquistas pro soviéticos que conformaban la Segunda República. Y el general Ríos Montt contribuyó a salvar a Guatemala de caer en el poder de los marxistas patrocinados por Cuba, Viet Nam y otros países socialistas. En cuanto al asesinato de monseñor Juan Gerardi, es bien sabido que éste jamás se llegó a aclarar, aunque se haya condenado como “cómplices” del crimen, mas no autores, a los militares Lima y al sacerdote católico Mario Orantes. Pero hasta la fecha no se ha probado que ellos hayan sido los autores materiales o intelectuales. Estoy de acuerdo en que la sociedad guatemalteca está dividida entre los simpatizantes de la subversión guerrillera, del marxismo y de los gobiernos de Cuba y Nicaragua, y quienes nos oponemos a esa forma de gobierno. Eso es un hecho incontrovertible. Como lo es, también, que después de haber perdido la guerra y firmado el Acuerdo de Paz Firme y Duradera, los ex guerrilleros están empleando métodos políticos para infiltrarse en todas las estructuras del Estado para apoderarse del poder. Se necesita ser demasiado pendejo para no entenderlo.

En el siguiente párrafo dice Font: “Sin embargo, una parte del extenso listado de personas señaladas por ambos demandantes, eran niños en el momento cuando se les atribuye haber pertenecido a la guerrilla. Otros ya murieron y al menos cuatro de los señalados tienen un parentesco directo con la fiscal general (incluso su padre, un finquero ya fallecido). Estas vinculaciones procuran, sin duda, atribuirle a Paz y Paz parcialidad por razones de parentesco y subrayar una presunta simpatía con grupos antes insurgentes como el Ejército Guerrillero de los Pobres”.

Comento: ¿Y qué hay de nuevo en esto? ¿Acaso eso no es algo bien sabido? Ya se ha olvidado que en ese tiempo el servicio de Inteligencia del Ejército acusó a Juan José Hurtado Paz y Paz de ser guerrillero, y a su padre, el doctor pediatra Juan José Hurtado, casado con una señora de apellidos Paz y Paz, probablemente hija del licenciado Alberto Paz y Paz, fue acusado de estar prestando servicios médicos a los guerrilleros heridos y por ello fue apresado hasta que la embajada de Estados Unidos intervino en su favor y le dejaron en libertad con la condición que saliera del país y se fuera al exilio. A mí no me preocupa en lo más mínimo que una persona particular, o un periodista como Font hayan tenido o aun tengan afinidad y simpatías por la subversión guerrillera y, en cambio, que tengan una enfermiza y feroz antipatía por los regímenes militares, ni tampoco me preocuparía que la doctora Paz y Paz los tenga en lo personal, pero sí me preocupa –mucho– que los tenga cuando desempeña un cargo tan decisivo como el de Fiscal General porque, como es obvio, su comportamiento será parcial. Por lo cual me pronuncio porque sea sustituida cuando termine su período.

En el siguiente párrafo dice ContraPoder: “Quien más ha denostado esos juicios ha sido Ricardo Méndez Ruiz, víctima de secuestro por parte de la guerrilla en 1982, cuando su padre, un militar que comandó tropa en operaciones contrainsurgentes, era ministro de Gobernación del régimen de facto de Efraín Ríos Montt. Méndez Ruiz planteó denuncias contra algunos presuntos y otros reconocidos ex guerrilleros, las cuales no prosperaron. Más que esperar un juicio, los denunciantes esperan a ver si finalmente formulan cargos en contra de los señalados. La efectividad allí no ha sido notoria. Según Méndez Ruiz, las acusaciones que él y el finquero Teddy Plotcharsky interpusieron se encuentran relegadas, mientras que las acciones contra militares en retiro y altos funcionarios prosperan con más facilidad”.

Comento: ¿Cómo puede decir ContraPoder que las acciones contra militares en retiro y altos funcionarios “prosperan con más facilidad”? ¡No señor! Esas acciones son las únicas que prosperan, mientras que las acciones contra los ex guerrilleros sencillamente no prosperan porque no las mueven. ¿Y por qué no prosperan éstas y sí prosperan las otras? “Elemental, mi querido Watson”, diría Sherlock Holmes. Porque la Fiscal General así lo dispone. En igual forma que arbitrariamente ordenó a la fiscal de Huehuetenango Gilda Aguilar Rodríguez, que retirara las órdenes de captura contra los miembros del Comité de Unidad Campesino (CUC), brazo armado de la guerrilla, por su participación delictiva en los disturbios en la construcción de la hidroeléctrica de Santa Cruz Barillas, Huehuetenango, y llegó al extremo de despedirla.

Las acusaciones que ha hecho Ricardo Méndez Ruiz son muy graves. Y no se le puede negar el derecho a mantener esa postura después de haber sido  secuestrado por la guerrilla. ¡Eso ni siquiera alguien como Font lo puede negar! Es muy difícil explicar por qué el MP no ha investigado quiénes fueron sus secuestradores para enjuiciarles y condenarle. Tampoco el MP ha investigado quiénes fueron los asesinos del embajador de Estados Unidos, Gordon Mein, y del embajador de Alemania, conde Karl von Spretti. Ni ha investigado tampoco quiénes mataron con una bomba, en octubre de 1955, en la pista de aterrizaje de la finca Panamá, propiedad de Owen Smith, al Cónsul de Noruega Norman Lind, acompañado de su yerno Klaus Herold, al piloto y a un costarricense experto en café. Ni quiénes asesinaron cobardemente a balazos al periodista Isidoro Zarco, socio de la empresa del diario Prensa Libre cuando se conducía en su automóvil por el Estadio Mateo Flores. Ni quiénes secuestraron a los periodistas Álvaro Contreras Vélez y Pedro Julio García, también propietarios de Prensa Libre. Ni tampoco quiénes secuestraron al periodista y abogado Baltazar Morales de la Cruz, director de El Espectador, y al licenciado Héctor Menéndez de la Riva, entonces vicepresidente del Congreso de la República. Probablemente a la Fiscal General no le interesa mucho investigar ninguno de esos crímenes de la guerrilla.

No obstante, muy complaciente con la Fiscal General, la revista ContraPoder sigue diciendo: “Paz y Paz, quien se resiste a identificar su ideología y prefiere definirse solamente como “una mujer de derecho”, se defiende de las acusaciones de parcialidad con los avances en el proceso que ha emprendido  contra los autores de la masacre en El Aguacate, ejecutada por guerrilleros y denunciada por el Grupo de Apoyo Mutuo en febrero de 2012.  Pero los escépticos tampoco aceptan como la evidencia que prueba a una fiscal objetiva e imparcial, no tragan esa píldora del todo. Y cuestionan, pare empezar,  que la persecución se concentró en los eslabones de la base. Fermín Felipe Solano Barillas –supuestamente el subteniente David– es el único acusado hasta el momento. Antes de su detención era un maestro de educación primaria. “Que sigan la cadena de mando y que lleguen a los altos comandantes”, vociferó en su momento Méndez Ruiz”.

Y sigue diciendo: “Rodrigo Asturias o Gaspar Ilom, comandante general y fundador del grupo guerrillero identificado como responsable de la masacre, está muerto. Y los comandantes vivos, que seguían en la línea de mando, han probado que se encontraban al margen de las operaciones del terreno. Uno de ellos, Luis Antonio Santacruz Mendoza, o comandante Santiago,  fue sujeto de interrogación en Santiago, Chile, ciudad donde radica.  Su testimonio ante la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) y una obra testimonial suya, permitió alk MP documentar  con más agilidad el caso”.

Sería demasiado extenso glosar todo el largo artículo de siete (7) páginas con letra minúscula que ContraPoder dedica a impulsar la reelección de la Fiscal General para otro período de cuatro (4) años. Sin embargo, no se puede negar que la doctora Paz y Paz tuvo estrechas vinculaciones con la guerrilla subversiva y ha simpatizado con quienes fueron guerrilleros. Y no es nada nuevo para ninguno que Font también ha sido parcial a ese bando. Y no es esta la única vez que lo ha demostrado.

Para terminar, tuve oportunidad de ver el reprisse de uno de los programas A las 8 y 45 que transmite Canal Antigua dedicado totalmente a la entrevista a la Fiscal General Claudia Paz y Paz que hicieron Juan Luis Font y Paola Hurtado (ningún parentesco con los Hurtado vinculados a la Fiscal General). Y la escuché con atención responder muy tranquilamente, con su dulce vocesita, todas las preguntas que le plantearon. También entonces se negó a identificar su ideología y sus simpatías. ¡Ni modo! Quedé convencido de que es una mujer sumamente inteligente. En lo que no me convenció fue en su versión de que su período termina hasta el mes de diciembre del año en curso, y no en mayo. Debe recordar que hay términos establecidos para cada designación. En mi opinión, debe retirarse en mayo. Pero ya veremos lo que dirá la Corte de Constitucionalidad cuando llegue su momento.

Menos mal que es muy escaso el tiraje de la revista ContraPoder (solo 4 mil ejemplares) y revisando meticulosamente el número 35, cualquiera puede darse cuenta de que los únicos anuncios que tiene son de empresas vinculadas con el ministerio de Energía y Minas, que, como es bien sabido, todavía está a cargo del ingeniero Erick Archila Dehesa, por cierto co-propietario del canal Antigua y también de la revista ContraPoder. Pero si acaso deja el cargo, a partir del 14 a las 14 van a tener que buscar otros anunciantes. Les deseo buena suerte porque yo también he tenido revistas, la última de ellas fue la inolvidable La Semana, que llegó a tener un tiraje de 20,000 ejemplares, y por lo tanto he sabido lo mucho que cuesta que los anunciantes y los publicistas ayuden a su sostenimiento. Le deseo a ContraPoder que tenga larga y próspera vida. Pero es deseable que sea objetiva en su información, aunque sus columnas de opinión no lo sean. A menos que abiertamente se declaren partidarios de alguna tendencia ideológica y política, para que los lectores sepan a qué atenerse,

Twitter: @jorgepalmieri