1.- La comisión de la SIP en Guatemala
Una comisión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha venido a Guatemala para comprobar in situ las denuncias de hostigamiento del gobierno en contra de elPeriódico en general y, en lo personal, contra el presidente de la Junta Directiva de la empresa propietaria de ese medio, ingeniero José Rubén Zamora. La comisión estuvo integrada por los ex presidentes de la SIP Edward Seaton y Danilo Arbilla, los vicepresidentes de la comisión de Libertad de Prensa e Información, Fernán Molinos y José Roberto Dutriz, y el director de Libertad de Prensa, Ricardo Trotti.
Durante el año 2013 los periodistas guatemaltecos Carlos Orellana Chávez, Luis de Jesús Lima, Luis Alberto Lemus y José Napoleón Jarquín Duarte, fueron asesinados.
La comisión inició su visita a Guatemala la noche del miércoles pasado, preocupada por la muerte de cuatro periodistas durante los pasados 12 meses y en general por la libertad de prensa en el país.
El periodista Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP que ha venido al país dijo a The Associated Press que llegaron a Guatemala para verificar el estado de la prensa en el país, especialmente por el caso de José Rubén Zamora, director del diario El Periódico, a quien el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti Elías, le iniciaron denuncias penales por las graves acusaciones y difamaciones que les ha hecho en su popular sección dominical de chismes denomina “El Peladero”, donde constantemente les ha acusado de corrupción y de tener nexos con el narcotráfico.
Paolillo dijo que se reunirán con todas las partes involucradas para tener un mejor panorama de la situación. Y especificó. “Aquí venimos con dos grandes temas de preocupación: uno es la situación del señor Zamora por los avatares que ha tenido que pasar en los últimos tiempos, como las denuncias del presidente y la vicepresidenta. La otra es que estamos preocupados porque después que terminó la guerra y dejaron de morir periodistas hubo un periodo de paz, pero en los últimos tiempos sorpresivamente se dieron nuevos casos, el asunto es que no se resuelven los casos, hay impunidad y la no aclaración de los crímenes son el combustible para que los asesinos sigan campantes”.
Explicó que le solicitarán al presidente Pérez Molina la investigación y solución de casos donde murieron periodistas, como lo han hecho otras veces. “La SIP no quiere que Guatemala se convierta en un país muy peligroso para trabajar como periodista. Cuando muere un periodista muere la posibilidad del público de acceder a una idea o a una información, pero además eso provoca la autocensura”.
El ingeniero José Rubén Zamora sonríe socarronamente tal vez por la absurda metida de pata del gobierno del general Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti al haber planteado su demanda contra él por la rama penal. Gracias a lo cual ya ha sido postulado a un premio mundial por la libertad de prensa. Detrás de él está su primo Gonzalo Marroquin Godoy.
Zamora dijo que además de exponerle su caso particular, también detallará las condiciones en las que se ejerce el periodismo en Guatemala.
Por su parte el presidente Otto Pérez Molina dijo el miércoles a periodistas que estaba preparado para recibir a la comisión. “Estamos listos para contarles que hemos estado abiertos, que somos respetuosos de la crítica, pero que insistimos que debe haber ética y debe haber moral de parte del quehacer periodístico, esto es lo que estamos buscando, esto es lo que dijimos y es lo que vamos a recalcar, no creemos que las ofensas, las difamaciones, las mentiras y los chantajes sean parte de hacer un buen periodismo” dijo. El presidente explicó que los funcionarios están sujetos a la crítica, “pero no al chantaje y al insulto”.
El periodista Paolillo explicó: “Aquí venimos con dos grandes temas de preocupación: uno es la situación del señor Zamora por los avatares que ha tenido que pasar en los últimos tiempos, como las denuncias del presidente y la vicepresidenta. La otra es que estamos preocupados porque después que terminó la guerra y dejaron de morir periodistas hubo un periodo de paz, pero en los últimos tiempos sorpresivamente se dieron nuevos casos, el asunto es que no se resuelven los casos, hay impunidad y la no aclaración de los crímenes son el combustible para que los asesinos sigan campantes”.
El periodista Paolillo comentó que le solicitarán al presidente Pérez Molina la investigación y solución de casos donde murieron periodistas, como lo han hecho otras veces. “La SIP no quiere que Guatemala se convierta en un país muy peligroso para trabajar como periodista. Cuando muere un periodista muere la posibilidad del público de acceder a una idea o a una información, pero además eso provoca la autocensura”.
“Estamos listos para contarles que hemos estado abiertos, que somos respetuosos de la crítica pero que insistimos que debe haber ética y debe haber moral de parte del quehacer periodístico, esto es lo que estamos buscando, esto es lo que dijimos y es lo que vamos a recalcar, no creemos que las ofensas, las difamaciones, las mentiras y los chantajes sean parte de hacer un buen periodismo” dijo el general Pérez Molina.
El presidente Pérez Molina explicó que los funcionarios están sujetos a la crítica, “pero no al chantaje y al insulto”.
“Sé que elPeriódico es un diario crítico, pero la democracia justamente implica que haya la libertad de expresión y esto implica tolerar por parte de los gobernantes incluso aquellas cosas que a los gobernantes les parezca injusta”, dijo Paolilla sobre las críticas del diario a los gobernantes guatemaltecos.
Durante dos días de visita a Guatemala, la comisión de la SIP se reunió con el presidente de la República, general Otto Pérez Molina, la vicepresidenta Roxana Baldetti, la Fiscal General Claudia Paz y Paz y el Procurador de Derechos Humanos, licenciado Jorge de León, así como con organizaciones de prensa como la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) y la Cámara de periodistas guatemaltecos (CPG) y medios locales.
Todo lo que les correspondía hacer el presidente y a la vicepresidenta de la República, general Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti Elías, respectivamente, era poner a disposición de la comisión de la SIP un buen número de ediciones dominicales de elPeriódico, para que vean lo que es la sección de chismes y dimes y diretes denominada “El Peladero” para que juzguen por sí mismos si se puede tolerar ese tipo de “periodismo” en el que se vitupera, se calumnia y se difama al presidente de la República y a la vicepresidenta.
Con lo cual podrían justificar la razón de por qué el gobierno no pauta publicidad en ese medio. Porque se necesita tener una inmensa ecuanimidad e hidalguía para anunciar en un medio en el que constantemente se vitupera, calumnia y difama al presidente y a la vicepresidenta de la República. Es verdad que el dinero con el que se paga esa publicidad no es propiedad del gobierno, porque está formado por lo que los ciudadanos pagamos de impuestos. Pero mientras lo administra el gobierno en turno tiene el poder para determinar en qué lo gasta. Y no creo que le guste a alguien gastarlo en patrocinar a un medio de comunicación en el cual se vitupera constantemente a los mandatarios y demás miembros del gobierno de la República. Yo no se si usted lo haría, pero yo no me creo capaz de ser tan ecuánime y desprendido.
Foto: Gojko Franulic
La verdad es que no se necesitaba una bola de cristal para predecir que esto ocurriría. De hecho, ha ocurrido incontables veces eb la historia del mundo, casi siempre igual, pero, por algún motivo. aun no aprendemos la lección.
Lo ocurrido sigue un patrón que se repite una y otra vez de manera casi idéntica cada vez que se sigue una cierta lógica económica poco prudente. Y no tiene nada que ver con los supuestos complots de empresarios ni intentos golpistas organizados por potencias extranjeras. Es, simplemente, un problema de economía básica.
La intención de este artículo no es criticar a nadie, ni a Chávez ni a Maduro, ni a ninguno de los que ha intentado lo mismo en la historia del mundo, sino simplemente, explicar por qué ocurre lo que ocurre, cosa que seamos capaces de reconocer estas situaciones a tiempo y no nos termine pasando a nosotros también (otra vez).
Producto de la paralización de la industria, mucha gente pierde el trabajo, por lo que se ve en la obligación de implementar más programas de empleo y bonos a costa del Estado, para contener la situación.
Paso 4: Racionamiento = Mercado Negro
Esta última parte puede posponerse por muchos años (dependiendo de qué tan grandes son los bolsillos del país involucrado) y adoptar las más diversas formas.
Puede, por ejemplo, ocurrir que venga un frenazo económico mundial y estancarse la venta de su producto estrella (petróleo, cobre, lo que sea) y encontrarse repentinamente con gastos gigantescos y bolsillos vacíos. Sin poder pedir más préstamos internacionales, no le queda otra que empezar a recortar programas sociales y entrar en un programa de austeridad, lo que genera un fuerte malestar en la gente.
Puede también que decida devaluar la moneda, con lo que dinero y ahorros de las personas pierden gran parte de su valor, lo que crea gran malestar. Puede que incluso decida usar los ahorros y pensiones de sus ciudadanos para pagar sus deudas. Esto genera que la gente corra a sacar su dinero de los bancos, haciéndolos colapsar o que usted se vea obligado a bloquear el retiro del dinero (un “corralito” bancario).
Es un problema grande, complejo y que es fruto de incontables variables. Por lo mismo, requiere también de soluciones complejas: mejorar la educación (acceso y calidad), mejorar la capacitación laboral, fomentar el emprendimiento, mejorar la competencia de las empresas, promover el empleo, mejorar la recaudación del fisco para entregar programas sociales de manera responsable, etc. Todo ello, en un contexto de estabilidad y seguridad económica y social.
¿Qué está en juego en Venezuela?
Enfrentar al Gobierno de Maduro es enfrentar la grotesca influencia de Cuba en el país caribeño.
“América Latina no es competitiva ni siquiera con sus tragedias” me dijo un cínico amigo. Se refería a que allí la pobreza no es tan infernal como la de África, los conflictos armados no tan amenazantes como los de Asia y los terroristas, no tan suicidas como los del Oriente Próximo. Es por esto por lo que el resto del mundo no suele prestarle demasiada atención a los problemas de Latinoamérica. En otras partes las tragedias son más graves o tienen más posibilidades de afectar a otros países.
En estos días, las horribles imágenes de la represión que ensangrienta las calles de Caracas están en desventaja a la hora de competir por la atención de periodistas y políticos con las que llegan de Kiev. Los eventos de Ucrania son más sangrientos, las imágenes más dramáticas y la contabilidad más trágica. En Ucrania hay decenas de muertos mientras que en Venezuela las víctimas son, hasta ahora, menos de diez. Pero hay más: en Kiev están en juego las fronteras de Europa, su seguridad energética, la hegemonía de Rusia en los países de la ex Unión Soviética y la reputación de Vladímir Putin dentro y fuera de su país. En contraste, lo que ocurre en Venezuela es menos critico. Para muchos, lo que está en juego en las calles llenas de jóvenes que protestan es un episodio más del ya largo enfrentamiento entre un Gobierno que quiere a los pobres y detesta a los Estados Unidos y una oposición que algunos periodistas suelen describir como una “clase media” que no logra ganar elecciones. Esta descripción es errónea. La mitad de los venezolanos están en contra del Gobierno de Nicolás Maduro. Así lo demuestran todas las encuestas y los resultados electorales. A pesar de sus bien documentados abusos, trucos y trampas, el Gobierno gana elecciones por un margen mínimo. Nicolás Maduro llegó a la presidencia con una ventaja de solo 1,5% sobre el candidato de la oposición.
Además, la “clase media” está muy lejos de ser el 50% de la población. Por lo tanto, la mitad de los venezolanos que ha demostrado estar en contra del Gobierno necesariamente incluye a millones de los pobres que Maduro dice representar.
Esta es la mitad el país cuyos hijos están en las calles protestando contra un régimen que los reprime como si fueran un enemigo mortal. Y quizás lo sean. Representan la avanzada de una sociedad que ya no aguanta más a un régimen que lleva 15 años abusando del poder y cuyos resultados están a la vista: ha llevado a Venezuela a ser el campeón del mundo en inflación, homicidios, inseguridad ciudadana y desabastecimiento de bienes indispensables —de leche para los niños a insulina para los diabéticos—. Todo esto a pesar de tener las mayores reservas petroleras del mundo y de que el Gobierno detenta el control absoluto de todas las instituciones del Estado. Usa el poder para comprar votos, encarcelar opositores o cerrar canales de televisión no para crear prosperidad para todos. La carestía, el miedo y la desesperanza se han vuelto insoportables.
Las protestas de los estudiantes simbolizan la pérdida del principal mensaje político en el que Hugo Chávez basó su popularidad: la denuncia del pasado y la promesa de un futuro mejor. La denuncia del pasado ya no da rendimientos. El chavismo es el pasado. Los venezolanos de menos de 30 años (la mayoría de la población) no han conocido otro gobierno que el de Chávez o Maduro. Y los catastróficos resultados de su gestión están a la vista, por lo que las promesas del régimen ya no son creíbles. Los jóvenes saben que, de seguir las cosas así, su futuro no será mejor. Y la única promesa que le creen al Gobierno es que no cambiará de rumbo.
Sorprendente e inadvertidamente, las luchas y sacrificios de los jóvenes venezolanos podrían tener consecuencias más allá de su país. Enfrentar al Gobierno de Maduro es enfrentar la grotesca influencia de Cuba en Venezuela. Sin la inmensa ayuda económica de Venezuela, la economía cubana ya hubiese colapsado. Ello aceleraría el cambio de régimen en la isla. No hay mayor prioridad para los Castro que tener en Venezuela a un gobierno que continúe apoyándoles. Y como sabemos, el Gobierno cubano tiene décadas de experiencia en el manejo de un Estado policial represivo y experto en la manipulación política y la “neutralización” física o moral de sus opositores. Es difícil imaginar que estas tecnologías cubanas no hayan sido exportadas a Venezuela. O a otros países de América Latina.
Pero Cuba no solo exporta técnicas represivas. También exporta malas ideas políticas y económicas. Sin el petróleo gratuito que Cuba extrae de Venezuela su influencia continental no sería la misma.
Nunca es más oscura la noche que antes del amanecer. Y Venezuela está pasando por momentos muy oscuros. Pero quizás esté a punto de llegar al amanecer. Si llega, América Latina estará en deuda con los jóvenes venezolanos que no tuvieron miedo de enfrentar a un Gobierno que hace lo imposible para que le tengan miedo.