LA FARSA DE LA INDEPENDENCIA

Hoy se conmemora en Guatemala el 193 aniversario de la firma del Acta de Independencia de las Provincias de Centroamérica, que tuvo lugar el 15 de septiembre de 1821, pero aún es discutible que realmente esta haya sido suscrita con la intención de obtener la libertad, la independencia y la soberanía de esta tierra, porque los dirigentes del llamado “Plan pacífico”, que antecedió a la firma ese documento –el cual no tuvo la menor importancia–, eran unos cuantos aristócratas y criollos que, aprovechando la invasión a España por las tropas del emperador Napoleón Bonaparte y el derrocamiento del rey Felipe II de España y la entronización en su lugar de su hermano José Bonaparte como rey de España, vieron las condiciones adecuadas para ya no tener que pagar impuestos a la corona por sus ganancias y poder continuar mangoneando aun más a expensas del pueblo. Pero, en mi opinión, no creo que estuvieron inspirados en un auténtico espíritu patriótico, ni animados de la intención de dar libertad, independencia y soberanía a este pueblo, del cual era mayoría la población indígena, a la cual no se dio vela en este entierro, dicho sea de paso, y continuó siendo tan sojuzgada como lo venía siendo desde la llamada “conquista” y la colonia. La verdad es que la llamada “independencia” fue firmada a espaldas del pueblo indígena original del país, que era mayoritario, y a espaldas de las demás provincias de Centroamérca que no aceptaron que no se les hubiese tomado en cuenta, y por ello firmaron su independencia poco tiempo después:

1) El Acta de juramentación de Independencia de Nicoya (Nicaragua) fue el 26 de septiembre de 1821.

2) El acta de la juramentación de la Independencia de Comayagua (Honduras) fue el 28 de septiembre de 1821.

3) El acta de juramentación de la independencia de Cartago (Costa Rica) se firmó el 29 de octubrde

4) El Acta de Independencia del Istmo de Panamá fue el 22 de noviembre de 1821.

5) El acta de San Salvador proclamando dicho Estado en República Libre, soberana e independiente fue el 25 de enero de 1849.

La reiterada propaganda de la oficina de prensa del actual Gobierno de la República ha venido haciendo por televisión ha dicho repetidamente que “nuestros héroes nos dieron libertad e independencia” (lo cual no es verdad porque no se puede calificar de soberana e independiente a un país que geopolíticamente tiene que aceptar las influencias de una potencia extranjera) y que hoy debemos estar tranquilos y satisfechos porque, según el gobierno, “vamos por buen camino”, cosa que tampoco es verdad porque este período ha sido más nefasto que todos los anteriores desde el de Vinicio Cerezo, pero hoy entrar a discutirlo porque no es el momento oportuno, pero peca de ignorante el vocero del gobierno, peo calificar de  “héroes” a los criollos que firmaron el Acta de Independencia, sin haber derramado ni siquiera una gota de sangre, sin haber participado en una batalla, sin que haya habido una víctima, como ocurrió en México en una heróica lucha armada que duró diez años encabezada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, el capitán Ignacio Allende, los hermanos Ignacio y Juan Aldama, José María Morelos y Pavón y Vicente Guerrero.

Monumento a Manuel Tot, esculpido por el artista guatemalteco Rodolfo Galeotti Torres, que se encuentra en la Ciudad de Cobán, Alta Verapaz. 

Una verdadera independencia habría sido si en ella hubiesen intervenido los indígenas, como Manuel Tot, dirigente del pueblo q’qchí de Alta Verapaz, quien en vano trató de hacerla en 1813 con el movimiento independentista denominado “Conjuración de Belén”.

Manuel Tot nació el 3 de mayo de 1779 en Cibán, Alta Verapaz y falleció el 11 de julio de 1815, a la edad de 36 años. Su familia era originaria de la Aldea Chinimlajom. En su infancia fue acólito de la Catedral de Santo Domingo de Guzmán, para luego pasar gran parte de su juventud sirviéndole a los misioneros españoles. Su trabajo consistía en viajar frecuentemente llevando mensajes de las autoridades regionales, antes de involucrarse en el movimiento independentista .Y como consecuencia del fracaso de esa rebelión fue apresado y torturado hasta morir por la Capitanía General de Guatemala bajo el mando de José Bustamante y Guerra.

La Conjuración de Belén fue un movimiento independentista que buscaba acabar con el dominio en la región de la Capitanía General de Guatemala. Tot se unió a la rebelión e incluso llegó a ofrecer una marcha a la capital junto a 15 mil indígenas procedentes de Cobán, pero el movimiento nunca tuvo éxito debido a la traición de un individuos que aparentemente buscaba sublevarse.

El Capitán General de la Capitanía General de Guatemala, José Bustamante y Guerra, se enteró de la posible sublevación y desbarató militarmente la conspiración. Tot se convirtió en fugitivo, pero cayó abatido por una fiebre en San Marcos, cuando huía hacia México. En estado moribundo, le confesó al fray Mariano López Rayón su participación en la rebelión, pero este violó el Sigilo Sacramental y avisó a las autoridades, que finalmente lo capturaron.

Tot fue trasladado a la capital, donde fue torturado hasta su muerte el 11 de julio de 1815. Su último deseo fue ser enterrado con las cadenas puestas, como símbolo de su lucha por la libertad de su patria.

Estatua en honor de Atanasio Tzul en la Ciudad de Totonicapán, esculpida por el guatemalteco Rodolfo Galeotti Torres. 

Después de él, vino otro auténtico prócer de la Independencia de Guatemala fue Atanacio Tzul, un líder indígena, del pueblo maya k’iche’, figura representativa del Levantamiento Colonial Indígena de Totonicapán de 1820, que logró derrotar al poder español en la zona e durante 20 días impuso un gobierno propio en la región conocida como Reino de Guatemala, también llamada Capitanía General de Guatemala.

Tzul era originario del Cantón Paquí, en Totonicapán, y provenía de una familia de fabricantes de habones que habitaban el Barrio Linkah. Su esposa era Felipa Soc, pero no hay datos de su nacimiento ni de su muerte.

Tzul inició su vida en el plano político en 1813, al ser Principal de la ParcialidadPr. también denominado como calpul de Linkah. Para 1820, ya era reconocido como representante no oficial de las parcialidades de Linkah, Pachah Uculiuyub, Chiché y Tinamit. En el mismo año, con la representación antes descrita y ante el interés de su pueblo por acabar con los impuestos eclesiásticos y el tributo, Tzul unió fuerzas con Lucas Aguilar y con el Alcalde Mayor de Totonicapán, Narciso Mallol. Juntos lucharon en contra del poder de la colonia española, manejada por el Jefe Político del Reino de Guatemala, al Arzobispado de Guatemala, Ramón Cassaus y Torres, la élite ladina local y los caciques de Totonicapán -diferenciados del resto de la población indígena y con privilegios debido a su apoyo a la conquista europea. Los tributos reales habían sido suprimidos en 1811 por las cortes de Cádiz, pero fueron impuestos de nuevo por el rey Fernando VII.

La debilidad política y militar del imperio español, los primeros intentos por una autonomía política y la competencia entre oficiales españoles fueron clave para el éxito del levantamiento. Así, se dio paso al rechazo del tributo, la remoción del Alcalde Mayor Josñe Manuel Lara de Arroyave, y la imposición de un gobierno propio.

Al menos durante unos días entre julio y agosto de 1920, Tzul actuó como el representante más destacado del gobierno indígena.

El líder k’iché sería azotado durante nueve días y encarcelado más tarde en Quetzaltenango, después de que el movimiento sufriera una represión a manos de alrededor de mil milicianos ladinos. En marzo de 1821 fue liberado, después de una manifestación de totonicapenses y de solicitar un indulto.

La independencia de los criollos

La independencia de las provincias de Centroamérica, cuya capital era Guatemala, fue el proyecto político originado en el denominado “Plan pacífico”, un documento poco conocido, incluso olvidado con frecuencia por los mismos historiadores, que proporciona otra perspectiva de los sucesos ocurridos en torno a la firma del Acta de Independencia de Centroamérica.

Intereses políticos y económicos ensombrecieron la Independencia de 1821, asegura Humberto Cabeza.

Uno de los documentos mas importantes en la historia de nuestro pais es sin lugar a dudas, el Acta de Independencia, la cual fue redactada el 15 de septiembre de 1821 y consta de 19 articulos, con los cuales las Provincias Unidas de Centroamerica, entre ellas Guatemala, obtuvieron su emancipacion de España.

“La firma del Acta represento la independencia de nuestro pais, la busqueda de la libertad de hombres importantes que lucharon por conseguirla”, explico Julio Cañas, del Centro de Documentacion del Museo Nacional de Historia.

Historia.

Segun Documentos Historicos, dos dias antes del 15 de septiembre de 1821. llego a Guatemala un correo de Tuxtla, Comitan, Ciudad Real y Chiapas, en el que se enviaban copias de las actas por la cuales estos pueblos se unian al Plan de Iguala. En esos pliegos se incitaba a las demas provincias del Reino a que se independizaran, como ellos ya lo habian hecho. El Brigadier Gavino Gainza convoco esa misma tarde a las autoridades civiles, militares y eclesiasticas para que asistieran a una sesion que se realizaria el 15 de septiembre; en ella se tratarian asuntos de mucho interes para la colonia.

La junta se inicio sin mayor retraso. Primero se dio la lectura de los documentos llegados a Chiapas y a continuacion se escuchó la opinion de los asistentes. Se observo que habian diferentes puntos de vista, pues algunos querian que se proclamara la independencia y otros querian retardarla.

Finalmente como a las once de la mañana de esa fecha, se acordo redactar el Acta de Independencia por medio de la cual Centroamerica se separaba de España. El redactor del Acta de Independencia fue el presbítero José Cecilio del Valle.

El Acta de Independencia está expuesta en la Hemeroteca Nacional de Guatemala.

Firmaron el acta José Matías Delgado, José Cecilio del Valle, Mariano de Aycinena, Pedro Molina, Mariano de Beltranena,  J. Mariano Calderón, Manuel Antonio de Molina, Mariano de Larrave, Antonio de Rivera, J. Antonio Larrave, Isidro del Valle y Castriciones, Pedro de Arroyave, Lorenzo de Romaña, Domingo Diéguez y el mismo Brigadier Gavino Gainza.

Por la tarde de ese mismo 15 de septiembre, Ignacio Beteta imprimió el Manifiesto del jefe político a los ciudadanos de Guatemala y un número extraordinario de El Genio de la Libertad, por medio de los cuales se difundió la noticia de “la independencia proclamada y jurada para no depender del gobierno de la Península, y poder hacer en nuestro país todo lo que antes solo podía hacerse en aquel”.Al siguiente día, Gaínza envió una circular a todas las municipalidades, para que tuvieran conocimiento de lo acontecido. Ese mismo día, con la asesoría de la Junta Provisional Consultiva, elaboró un Bando de buen gobierno, que salió impreso el 17. Su contenido era altamente coercitivo. Este señalaba “vigencia de todas las leyes, ordenanzas y órdenes que antes regían; pena de muerte a los que, directa o indirectamente, intentaran trastornar o desacreditar el sistema adoptado de independencia y restablecer el gobierno español; pena como perturbador público a los que promovieran la división entre los vecinos; y prohibición de realización de corrillos públicos”.El 18, Gaínza escribió al emperador Agustín de Iturbide y lo denominó primer libertador de la Nueva España. En esa carta se retractó del Manifiesto que publicó en abril de ese año, cuando lo acusaba de traidor al rey, de tener perversas intenciones y hasta de ladrón. Ahora se expresó en términos opuestos: “Se conoció que su Plan era de defender los derechos y sostener la libertad de esa porción hermosa de la América; se percibió que las voces primeras de este plan eran el respeto a nuestra santa religión y sus dignos ministros, y la unión de todas las clases en el objeto grande de la independencia”. De ese modo, Gaínza empezó la campaña en favor de la anexión a México.Respecto del alcance jurídico del Acta de Independencia, durante los meses que siguieron a la declaración se sostuvieron dos interpretaciones. Los republicanos, encabezados por Pedro Molina, consideraban que el pueblo declaró el 15 de septiembre de 1821 la independencia absoluta de México y de cualquier otra nación, y que el papel del Congreso era resolver la forma de gobierno y la ley fundamental. Muy distinta fue la interpretación de Gaínza, para quien todavía estaba por resolver la decisión de las demás provincias.JuraEl 20 de septiembre de 1821, Casaus y Torres juró independencia ante el canónigo Mariano García Reyes. Al final cedió, según dijo, “por el bien de las almas”. Dos días después, el Ayuntamiento solicitó a la Junta Provisional Consultiva otorgar a Gaínza el grado de capitán general y condecorarlo con una banda de tres colores, alusiva a las tres garantías del Plan de Iguala, lo que fue aprobado.Ese mismo día se celebró una misa de acción de gracias por la independencia. Al concluir se cantó el TeDeum.Al siguiente día hubo un desfile por las principales calles de la ciudad y concluyó con un acto frente al Palacio del Ayuntamiento. Luego, el pueblo juró la independencia, se hizo pública la medalla conmemorativa de tal acontecimiento y miembros del Cabildo arrojaron entre la concurrencia 300 pesos en moneda corriente, mientras había repique general de campanas y salvas de artillería.
Anexión

Luego de la declaración de independencia, los hermanos Mariano y Juan José de Aycinena, que ocupaban cargos en el Ayuntamiento, se mostraron activos en promover la anexión a México, empeñados en alcanzar el objetivo fundamental del Plan pacífico de independencia, es decir, contar con apoyo militar de México para que el statu quo no fuera modificado.

Los ayuntamientos de Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, León (Nicaragua) y Cartago (Costa Rica) también se inclinaron por la anexión, pero con objetivos totalmente opuestos a los de la familia Aycinena. De hecho, en esos lugares pretendían liberarse de la élite comercial guatemalteca que había controlado a terratenientes y comerciantes de las provincias.

En la Nueva Guatemala de la Asunción, los principales promotores de la anexión eran el marqués Juan José de Aycinena, Gaínza y el alcalde Pedro de Arroyave, que representaban a las principales familias de la aristocracia —los Aycinena, Larrave, Larrazábal, Echeverría, Piñol, Pavón, Croquer, Urruela, Irisarri, Arriaga, Beltranena, Batres, Asturias, Saravia, Arrivillaga, Arzú, Valenzuela, Barrundia y Nájera—.

De esa forma, entre finales de 1821 y principios de 1822 se consumó la anexión al Imperio mexicano, la cual, poco tiempo después, fracasó.

Fue el 1 de julio de 1823 cuando, en Asamblea Nacional Constituyente, se declaró la independencia absoluta de España, México o cualquier otra potencia, bajo un sistema político federal, y consideró la anexión a México “nula de hecho y derecho, violenta y tiránica”. Además, acordó que se formaría una nación soberana con el nombre de Provincias Unidas del Centro de América.

De acuerdo con Cabezas Carcache, así empezaba “un nuevo período político en que la farsa política montada por la familia Aycinena en 1821, cuando se maquinó el Plan pacífico de independencia, se transformó en una tragedia sangrienta, producto de cruentas guerras fratricidas fomentadas por el caudillismo militar criollo y un buen número de mercenarios o soldados de fortuna, lo que se prolongaría por varias décadas y desmembraría al otrora Reino de Guatemala en minúsculos Estados”.

Farsa histórica

La declaración de independencia del 15 de septiembre de 1821 fue parte de un plan de los Aycinena, una influyente familia que temía que las luchas de los vecinos de San Salvador, Granada y León pudieran cambiar el sistema económico imperante.

El objetivo principal, sin embargo, era la anexión del Reino de Guatemala a México, pues los Aycinena consideraban que así se preservaría el statu quo y que los grandes comerciantes guatemaltecos podrían continuar con el monopolio comercial.

Tras el fracaso de la anexión comenzaron los actos de corrupción y pugnas por el poder, lo cual hizo que la región centroamericana se desintegrara. Mientras eso sucedía, se “incrementó la pobreza y la marginalidad de las grandes mayorías, que nada tuvieron que ver con la farsa independentista”, consigna el libro Independencia centroamericana. Gestión y ocaso del Plan pacífico, escrito por Horacio Cabezas, el cual narra esos oscuros capítulos de la historia nacional.

Molina, señalado

El 3 de noviembre de 1820, José Cecilio del Valle, abogado, político e intelectual hondureño, denunció en su periódico El Amigo de la Patria las reuniones secretas que Pedro Molina mantenía con la familia Aycinena, y lo acusó públicamente de defender los intereses económicos de los grandes comerciantes de la Nueva Guatemala de la Asunción. “La ley prohíbe las calumnias y tu papel está lleno de ellas (…) Te ostentas liberal y tu idioma propio de los tiempos de oscuridad es de un siervo que alaba a sus patrones”, escribió.

El “Plan pacífico”

Extracto de lo acordado por la familia Aycinena y otros intelectuales de la época independentista para el “Plan pacífico” para impedir que en Guatemala ocurriese un conflicto armado en pos de la independencia:

Artículo 1.

“No tenemos jefe para esta empresa. Elegimos desde ahora (…) a don Gavino Gaínza nuestro actual interino jefe. Si aceptare (…) obtendrá honores y recompensas debidas por su mérito.

Artículo 2

. (…) El primer efecto [será] convocar una junta generalísima de los vecinos, a pretexto de prevenir el desorden en caso de decidirse el pueblo a la independencia. Ese día  se dará aviso secreto al pueblo  (…) para que concurra en masa a diferentes puntos de la ciudad y grite “¡Viva la independencia!”.

Artículo 3.

Si este fuere en pro, el jefe les dirá a los concurrentes: “Señores, el pueblo está por la independencia. Nombremos una junta que lo dirija”. (Concluido el nombramiento, mandará el jefe a arrestar a los más exaltados en contra de la independencia).

Artículo 4.

Esta junta se nombrará acto continuo.

Artículo 5.

La primera sesión de esta será secreta.

Artículo 6.

En sesiones siguientes se ocupará en preparar los elementos que deberá constar el Congreso Nacional, modo de convocarlo, etcétera.

Artículo 7.

No se innovará nada en cuanto al gobierno, ni se tratará de remover empleado alguno, a no ser que se considere peligroso contra el futuro inmediato del sistema.

Artículo 8.

Seremos aliados natos de la Península; y confederados de los nuevos gobiernos americanos.

Artículo 9.

Los españoles europeos no solo no serán perseguidos, sino protegidos por nosotros.

Artículo 10.

Obtendrán los mismos derechos que hoy tienen.

Artículo 11.

Y privilegios en punto a comercio con respecto de los extranjeros.

El Acta de Independencia dice textualmente:

“Palacio Nacional de Guatemala, quince de Septiembre de mil ochocientos veinte y uno.
“Siendo públicos é indudables los deseos de independencia, del gobo Español q. por escrito y de palabra ha manifestado el pueblo de esta Capital: recibidos por el ultimo Correo diversos oficios de los Ayuntamientos. Constitucionales de Ciudad Real, Comitán y Tuxta, en q. comunican haber proclamado y jurado dha. independencia, y excitan á qe. se haga lo mismo en esta Ciudad: siendo positivo q. han circulado iguales oficios á otros Ayuntamientos, determinado de acuerdo con la Exma. diputación Provincial q. pa. tratar de asunto tan grave se reuniesen en uno de los Salones de este Palacio la misma diputación Provincial, el Ylmo Sor. Arzobispo, los Sres. individuos qe. diputasen, la Exma. Audiencia territorial, el Venerable Sor. Dean y Cavildo Eclesiástico, el Exmo Ayuntamto, el M. Y. Claustro, el Consulado y Colegio de Abogados, los Prelados regulares, gefes y funcionarios públicos: Congregados todos en el mismo Salón: leidos los Oficios expresados: discutido y meditado detenidamente el asunto; oido el clamor de viva la independencia q. repetia de continuo el pueblo que se veia reunido en las Calles, plaza, patio, corredores, y ante Sala de este palacio se acordó: por esta Diputación é individuos del Exmo Ayuntamiento.

1º) Que siendo la independencia del gobierno Español, la voluntad gral. del pueblo de Guata., y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el Sor. geje Político la mande publicar pa. prevenir las consecuencias q. serian temibles en el caso de que la praclamase de hecho el mismo pueblo.

2º) Que desde luego se circulen Oficios a las Provincias por Correos extraordinarios pa. q. sin demora alguna se sirvan proceder á elegir Diputados é Representantes suyos, y estos concurran á esta Capital á formar el Congreso q. debe decidir el punto de independencia y fixar, en caso de acordarla, la forma de gobierno y la ley fundamental que deba regir.

3º) Que para facilitar el nombramiento de Diputados, se sirvan hacerlo las mismas juntas Electorales de Provincia que hicieron ó debieron hacer las elecciones de los últimos Diputados a Cortes.

4º) Que el número de estos diputados sea en proporción de uno por cada quince mil individuos, sin excluir de la Ciudadanía, a los originarios de África.

5º) Que las mismas Juntas electorales de Provincia. teniendo presente los últimos censos se sirvan determinar según esta base el número de Diputados ó Representantes que deban elegir.

6º) Que en atención a la gravedad y urgencia del asunto, se sirvan hacer las elecciones de modo que el día primero de Marzo del año próximo de 1822, estén reunidos en esta Capital todos los Diputados.

7º) Que entre tanto, no haciendo novedad en las autoridades establecidas, sigan estas ejerciendo sus atribuciones, respectivas con arreglo á la Constitución, Decretos y leyes, hasta que el Congreso indicando determine lo qur sea más justo y benéfico.

8º) Que el Sr. Gefe Politico Brigadier Dn. Gavino Gainza, continúe con el Gobierno Superior. Politico y Militar, y para que este tenga el carácter que parece propio de las circunstancias, se forme una Junta provisional consultiva, compuesta de los Señores individuos actuales de esta Diputación Provicional, y de los Sres. Don Miguel de Larreynaga Ministro de esta Audiencia, Dn. José del Valle Auditor de Guerra, Marqués de Aycinena, Doctor Dn. José Valdez, Tesorero de esta Sta. Yglesia, Dr. Dn. Angel Ma. Candina, y Licenciado don Antonio Robles, Alcl. 3o constitucional: el primo por la Provincia de León,  2o por la de Comayagua, 3o por Quesaltenango, 4o por Sololá y Chimaltenango, 5o por Sonsonate, y 6o por Ciudad R. de Chiapas.

9º) Que esta Junta provisional consulte al Señor Jefe Político en todos los asuntos económicos y gubernativos dignos de su atención.

1oº) Que esta Junta provisional consulte al Sr. Gefe politico en todos los asuntos económicos y gubernativos, dignos de su atencion.

11º) Que la Religion catolica, q. hemos profesado en los Siglos anteriores, y profesaremos en lo sucesivo, se conserve pura é inalterable, mantendo vivo el espiritu de religiosidad q. há distinguido siempre. á Guatemala, respetando á los Ministros eclesiásticos seculares y regulares, y protegiéndolos en sus personas y propiedades.

12º) Que se pase oficio á los dignos Prelados de las comunidades religiosas, pa. q. cooperando a la luz y sociego, q. es la primera necesidad de los pueblos, cuando pasan de un gobierno a otro, dispongan que sus individuos exorten á la fraternidad y concordia, á los q. estando unidos en el sentimiento de la independencia, deben estarlo tambien en todos los demás, sofocando pasiones individuales que dividen los ánimos, y producen funestas consecuencias.

13º) Que el Exmo Ayuntamiento, a quien corresponde la conservación del ordn. y tranquilidad, tome las medidas mas activas para mantenerla imperturbable en toda esta capital y pueblos inmediatos.

14º) Que el Sor. Geje político publique un manifiesto haciendo notorios á la faz de todos, los sentimientos generales del Pueblo, la Opinión de las autoridades y corporaciones; las medidas de este gobierno: las caudas y circunstancias q. lo decidieron á prestar en manos del Sor. Alcl. 1o a pedimento del Pueblo, el jurameto de independencia y de fidelidad al Gobierno Americano q. se establezca.

15º) Que igual juramento presten la Junta provisional, el Exmoo Ayuntamto: el Ylmo Sor. Arzobispo: los Tribunales gefes políticos y militares: los Prelados regulares: sus comunidades religiosas: gefes y empleados en las Rentas: autoridades, corporaciones; u tropas de las respectivas guarniciones.

16º) Que el Sor. Gefe Político, de acuerdo con el Exmo Ayuntamiento disponga la solemnidad, y señale el día en que el Pueblo deba hacer la proclamación, y juramento expresado de independencia.

17º) Que el Exmo Ayuntamiento disponga la acuñación de una medalla q. perpetúe en los Siglos la memoria del día quince de Septiembre de mil ochocientos veinte y uno. en q. Guatemala proclamó su feliz independencia.

18º) Que imprimiéndose esta acta, y el manifiesto expresado se circule á las Exmas. Diputaciones provinciales, Ayuntamientos. constitucionales y demas autoridades eclesiáticas, regulares, seculares, y militares pa. q. siendo acordes en los mismos sentimientos q. ha manifestado este Pueblo, se sirvan obrar con arreglo á todo lo expuesto.

19º) Que se cante el día que designe el Sr. Gefe político una misa solemne de gracias, con asistencia de la Junta Provisional de todas las autoridades, corporaciones y Gefes, haciéndose salvas de artillería, y tres días de iluminación.”

Pero sea como quiera que haya sido nuestra “independencia”, Guatemala es nuestra patria –la única patria que tenemos– y debemos respetarla, honrarla, enaltecerla y amarla.

¡Viva Guatemala! ¡Viva Guatemala! ¡Viva Guatemala!

 Twitter@jorgepalmieri