En México hay una vieja expresión popular que se emplea cuando ese día se tendrá que tomar una decisión o va a ocurrir algo de trascendencia, que dice: ¡Hoy es cuándo chile verde, vas a dar sabor al caldo!, la cual podemos emplear aquí porque uno de los puntos en la agenda de hoy durante la sesión plenaria del Congreso de la República será el peliagudo tema de la creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual no fue aprobada por el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores que preside la licenciada Zury Ríos Sosa de Weller, prominente miembro del partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG), del cual es indisputable máximo líder el controvertido general retirado Efraín Ríos Montt, y dicho dictamen desencadenó una de las más fuertes controversias políticas de los últimos tiempos.
Sobre todo por el hecho que estamos en vísperas de las elecciones generales que tendrán lugar el 9 de septiembre próximo y los partidos políticos y sus candidatos en la contienda no quieren correr el riesgo de perder votos si no la aprueban porque eso puede ser interpretado como que quieren impedir que se combata la impunidad.
Comenzó el gran barullo cuando el vicepresidente de la República, Eduardo Stein, expresó que al negarse a aprobar la CICIG el FRG quiere ?encubrir gusaneras?; y, a continuación, las personas que la promueven –en su mayoría militantes de la izquierda– han venido empleando el maniqueísmo al afirmar que solamente quienes están comprometidos en alguna forma con el narcotráfico, la delincuencia organizada, la criminalidad común y la impunidad están en desacuerdo con que la ONU nombre a un comisionado para que venga a dirigir con impunidad diplomática una oficina que, a juzgar por la experiencia con MINUGUA, no servirá para un carajo, pero fue una intromisión extranjera en un país que se dice libre y soberano. Después ya sólo falta que detrás nos manden a los Cascos Azules.
Luego, porque dos diputados de la bancada del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Jorge Estuardo Girón Chacón y el licenciado César Emilio Fajardo Rodríguez, que forman parte de la comisión de Relaciones Exteriores, se creyeron con libertad para votar de acuerdo a su propio criterio jurídico doctrinario y votaron en favor del referido dictamen, se le armó la de Dios es Cristo al candidato presidencial del partido UNE, ingeniero Álvaro Colom -quien se ha mantenido a la cabeza de intención de voto en todas las encuestas y por eso se creía el próximo presidente de la República- y, para no sufrir las consecuencias del maniqueísmo, también él se volvió maniqueísta y primero la emprendió contra el diputado Fajardo, a pesar de ser Secretario General Adjunto de la UNE y después llegó al colmo del autoritarismo maniqueo al declarar que los diputados de la UNE que hoy voten en contra de la creación de la CICIG serán expulsados inmediatamente del partido. ¡Y se dice democrático!
Haciendo un paréntesis oportuno, se cuenta que un día le preguntaron al famoso explorador estadounidense Bufalo Bill cuál había sido la decisión más importante que había tomado en sus luchas contra los indios piel roja, y él contestó: ?Fue un día que me vi rodeado de indios. Había indios por todas partes. Indios enfrente, indios detrás, indios a mi derecha, indios a mi izquierda?? Y entonces le preguntaron: ?¿Y usted qué hizo??, a lo que respondió: ?¡Lo único que me quedaba! ¡Me volví indio!?
Continuando con el tema de la CICIG, quienes se han rasgado las vestiduras porque la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso dictaminó en contra de su creación no han tenido empacho en emplear una mentira como arma persuasiva al decir que la Corte de Constitucionalidad (CC), cuando le fue consultado si había alguna inconstitucionalidad en la creación de esa comisión, dictaminó que no la había. ¡Pero no dijo que estaba en favor de que se creara! ¡Esto es falso! Los magistrados de la CC dictaminaron que no es inconstitucional que el gobierno de la República firme un convenio con la ONU para la creación de una comisión como la que se pretende autorizar. Pero jamás entró a analizar cada uno de los puntos del convenio de la creación de la CICIG que sustituyó a la CICIAC.
El convenio para crear la CICIG fue aprobado por la ONU, a petición del gobierno de Óscar Berger, por medio del vicepresidente Stein, después de que, en el año 2004, la Corte de Constitucionalidad declaró inconstitucional la Comisión Investigadora de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos (CICIAC) que, con la intención de perpetuarse en el poder, fue propuesta originalmente a la ONU al final del gobierno de Alfonso Portillo por el canciller de turno, Edgar Gutiérrez, un reconocido militante de la izquierda que durante un tiempo fue subversivo y después fue uno de los principales autores del REHMI. Detrás de la creación de la CICIG hay elementos claves de la izquierda como el vicepresidente Eduardo Stein y el licenciado Frank La Rue, Comisionado del gobierno para Derechos Humanos y numerosos izquierdistas activistas de derechos humanos. El obvio propósito que tienen es continuar ejerciendo una cuota de poder después de que el próximo 14 de enero tome posesión el nuevo presidente de la República que será elegido en primera vuelta el 9 de septiembre o, en su defecto, en una segunda vuelta el 4 de noviembre.
Para colmo, después vino a visitar Guatemala para imponer la CICIG un Subsecretario de Estado adjunto para Latinoamérica y tuvo el descaro ?a todas luces ajeno a las buenas costumbres diplomáticas- de declarar que si Guatemala autoriza la CICIG el gobierno de los Estados Unidos va a ayudarnos. Los activistas de la izquierda que normalmente no pierden ninguna oportunidad para expresar su rechazo a los Estados Unidos se han pronunciado esta vez porque sea autorizada la creación de la CICIG. Y, desde luego, lo mismo hacen el Procurador de Derechos Humanos, Sergio Morales, quien criticó ?la obstaculización a la CICIG?. Otra descarada intromisión extranjera ha sido que haya venido a visitar el país la vicepresidenta del gobierno de España, señora María Teresa Fernández de la Vega, y declarado que los gobiernos de España y Holanda desean ayudar a Guatemala pero antes es necesario que se autorice a la CICIG. ¿Con qué derecho ha venido esa señora a meter sus narices en los asuntos que únicamente compete decidir a Guatemala? ¿Por qué creen ustedes que los “izquierdosos” extranjeros y nacionales están tan activos para que esa comisión internacional de la ONU pueda funcionar con poderes superiores a los de las autoridades nacionales como el Ministerio Público?
A continuación voy a permitirme transcribir el artículo titulado CICIG: la cobardía de Berger-Stein, que publicó el 27 del mes de julio próximo pasado el colega Estuardo Zapeta, columnista del periódico Siglo Veintinuno. Espero que a él no le moleste que lo haga sin antes pedirle permiso. Dice así:
?No me sorprende la defensa férrea del aprendiz de ontomólogo, perdón, Vicepresidente. Si en otro lado existen gusaneras, en el Ejecutivo éstas se han convertido en serpentarios.
La desdichada propuesta de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) -una mutación de la Ciciac- es el reconocimiento más sonoro del fracaso del gobierno de Berger y Stein.
La presión que ha ejercido la sacrosanta ?comunidad internacional? (un puñado de embajadores y ONG vividoras) no sólo muestra la manera cómo Berger y Stein fueron a llorar internacionalmente como cobardes su derrota, sino también cómo la izquierda ?progre? cooptó al gobierno de ?la promo? y de los ?PLU?, o sea people like us.
Pero lo más trágico es que por estos días es que la cobardía pregona aquí adentro los ?logros y avances? de una administración guanga, temerosa, y temblorosa que pretende en cuatro meses solucionar con un puñado de extranjeros etnocentristas lo que no pudo hacer en tres años y medio. Pero ?si quieres que algo no avance, forma una comisión?, dicho y hecho. Por eso ¡oh paradoja! parece que los más interesados en que siga la impunidad son sus ponentes, no sus opositores.
Por eso no me sorprende la defensa férrea del aprendiz de entomólogo, perdón, digo vicepresidente Stein, buscando ?gusaneras? fuera de su tablón. Si en otro lado existen ?gusaneras?, en el Ejecutivo éstas se han convertido en ?serpentarios?.
La plaga de gusanos, señores del Ejecutivo, ha crecido porque ustedes la propiciaron al mismo tiempo que fingían ?honorabilidad? y tanto teatro que hicieron, so pretexto de ser descendientes de angelicales ?buenas familias?.
La estrategia, risible por cierto, fue polarizar el tema bajo el siguiente esquema: lanzar la propuesta de la CICIG desde otro país y desde la ONU, pasarle la papa caliente al Congreso ?que ingenuo cayó en el jueguito maniqueo? y luego, acusarnos a todos los opositores del proyecto CICIG de estar del lado del ?crimen organizado?.
Con meter el lío al Congreso y despacharnos, según ellos, a varios de los opositores ajenos al Legislativo, estaba segura la victoria para seguir en control del Estado por la dupleta Frank-Stein (Frank la Rue y Eduardo Stein).
E independientemente del gobierno electo el 9 de septiembre, el monstruo Frank-Stein seguiría impune en el poder, pero a ?control remoto?, y con el pretexto de ?lucha contra la impunidad?.
El producto Frank-Stein se lo debemos a Berger, a la promo y a esa idea estúpida de gobiernos de ?inclusión? para mantener contentos a todos.
Pero, como en la novela de Mary Wollstonecraft Shelley, la creación se le va de las manos a su creador.
La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) la cual, según todas las encuestas sería la próxima administración, cayó en la trampa maniquea. Si se opone a la CICIG es ?gusanera?, y si la apoya estaría cediendo todo el poder 2008-2011 a Frank-Stein, y gobernaría estilo ?control remoto? desde Nueva York (Es el mismo escenario de la ya difunta Minugua).
Dos salidas veo aquí: una, que se lance la CICIG a una Consulta Popular, que tan de moda están; y, dos, si es inevitable la aprobación, entonces que en el Decreto queden claras las restricciones y candados de dicha ?comisión?.
Mientras tanto, CICIG, gusanera e impunidad son lo mismo?. (Hasta aquí el artículo del colega Zapeta)
Hoy veremos en qué para todo esto en el Congreso. Si el pleno decide trasladar el caso a otra comisión ?como la de Derechos Humanos, por ejemplo, donde está asegurado un dictamen favorable?o si deciden declararlo de urgencia nacional y lo aprueban de una sóla vez. Por eso repito la expresión popular mexicana: ¡Hoy es cuándo, chile verde, vas a dar sabor al caldo!
A mí me viene del Norte que lo aprueben de cualquier manera, sobre todo porque sospecho que, a mi avanzada edad, no voy a tener que ver en qué termina todo esto. Pero lo siento por mi amada patria, que tendrá que soportar la vergüenza y humillación que la ONU tenga que nombrar un “comisionado” extranjero al frente de una Comisión Internacional Contra la Impunidad para resolver un problema que nosotros mismos deberíamos ser capaces de resolver… si tuviésemos un gobierno capaz y responsable que, además, tenga los pantalones bien puestos para hacerlo. Pero como no es así, el mediocre y desvergonzado gobierno del “conejo” Berger pide ayuda a la ONU. Porque como se sabe, los conejos son buenos para correr. Como también dicen en México, ¡Qué poca madre!